Jornada cotidiana por la vida ambiental

Biodiversidad cubana. Diseño: Gilberto González García

Autora: Caridad Labrada Curbelo

Cuba adopta medidas para crecer en el conocimiento, acción y disciplina que garanticen la salud ambiental, fundamentalmente de los humanos, como compromiso diario y en pos de la conservación del planeta Tierra.

   

Previo a la celebración oficial del 5 de junio, como fecha escogida desde 1972 por el Programa de las Naciones Unidas para celebrar el Día Mundial del Medio Ambiente, en la isla son múltiples las actividades realizadas a favor del cuidado de la naturaleza durante todo el año, en coordinación con varios organismos del Estado, entidades, organizaciones populares, juveniles e infantiles.

Hasta lo más recóndito de la geografía insular, la participación de los cubanos se enfoca en prioridades tales como la percepción de riesgo y control higiénico-sanitario para prevenir enfermedades, administración de los desechos industriales peligrosos, disciplina ambiental, cambio climático, ahorro de agua, sistema de áreas protegidas y prevención de incendios forestales.    

Aunque todavía es necesario perseverar en la educación ambiental y en el rigor del cumplimiento de lo legislado, el esfuerzo de las autoridades durante la jornada de celebración iniciada el 18 de mayo pasado recae en destacar las entidades que apoyan esta labor durante varias décadas, de acuerdo al  conjunto de valores naturales, sociales y culturales existentes en cada región.

En la capital de la nación, por ejemplo, el Proyecto de Gestión para la Educación Ambiental (Gea) propició un evento científico en el que fueron reconocidos por su servicio dinámico, el Jardín Botánico Nacional, la Quinta de los Molinos, el Grupo de Trabajo Estatal de la Bahía de La Habana, la Sociedad Cubana para la Promoción de las Fuentes Renovables de Energía y el Respeto Ambiental (Cubasolar), así como el Museo Nacional de Historia Natural.

Una vez más la misión generalizada pretende llegar a las masas con la aplicación de un plan de medidas que enriquezca el quehacer continuo y  contribuya a la conservación de los recursos naturales de la mayor Antilla, a través de la labor profesional de pedagogos y estudiantes de los niveles de enseñanza universitaria, primaria y medio-superior.

Liderados por el Ministeriode Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), en Cuba se confirma la autenticidad de trabajar unidos por las políticas públicas de reordenamiento ambiental, referidas al conjunto de valores naturales, sociales y culturales existentes en un lugar y en un momento determinado, que influyen en la vida del ser humano y en las generaciones venideras.

De esta forma se incentiva la sensibilidad hacia la protección de todas las especies vivas, por el equilibrio ecológico y un programa que abarca las 211 áreas protegidas, entre las que sobresalen las de la plataforma insular marina hasta 200 metros de profundidad, para una cobertura total que representa el 20,20 por ciento de la superficie nacional.

Las estadísticas anteriores equivalen a la quinta parte de esa zona privilegiada en la isla, de acuerdo a las más recientes precisiones de Maritza García García, presidenta de la Agencia de Medio Ambiente (Ama).

Sin embargo, no basta con el conocimiento y acción concreta de las autoridades si no existe el apoyo incondicional y mayoritario de quienes viven en el Planeta Azul, aunque Cuba está insertada en proyectos de liderazgo mundial como el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).

Debe existir consenso en la seguridad de actuar conforme al deseo de que cada persona se convierta en agente activo del desarrollo sustentable y equitativo; promover el papel fundamental de las comunidades en el cambio de actitud hacia temas ambientales y fomentar la cooperación, pues ésta garantizará que todas las naciones disfruten de un futuro más próspero, en una jornada cotidiana por la vida ambiental. 

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