Miguelina Cobián me visita

Foto: Cubasí.

Por: Víctor Joaquín Ortega


Corre con la elegancia acostumbrada. Ahora, Miguelina Cobián, me saluda. Le grito su nombre, se lo chiqueo: “Miguela…”. Es parte de mi ensoñación, proque esta gran atleta murió hace varios años.

Retrospectiva: estoy en una instalación deportiva de Santiago de Cuba, una mañana de 1960. La imaginación, tan real para mí, me permitirá ver contender por vez primera a la "Saeta Oriental". Todavía no la llaman de esa manera. Ya le dirán así cuando sus pinchos sean huracán.

Miren, no lleva zapatillas: ¡descalza se bate sobre la pista rústica…! Les ha sacado tremenda distancia a las rivales ¡He presenciado su primer triunfo! ¿De dónde salió esta gran iluminación!

Ahora estamos en Kingston, donde se escenifican los Juegos Centrocaribes de 1962. Por el título en los 100 metros van las muchachas. Les dije que sería huracán: ¡Miguelina se ha convertido en la campeona inicial de Cuba en la distancia y le dijo adiós al récord regional con 12 segundos!

No se vayan: queda el relevo. Bertha Díaz, Nereida Borges, Miguelina y Fulgencia Romay por otro oro. Están las de Jamaica, que son rayos. A contentarnos con el premio plateado. Quiero ver cuánto nos sacaron: 47 por 47.3 segundos.

Juegos Panamericanos de 1963, en Sao Paulo, Brasil. El estadio, la pista. ¡Silencio…! ¡El disparo! Ya compiten las finalistas de la prueba reina. Edith McGüire, Miguelina, Marilyn White. Entran las dos primeras. ¿Tiempo? Ambas con 11.5 segundos. Ah, la estadounidense arribó antes por un pelo, por una nariz. Tercera la White con 11.7 y Cobián cuarta.

Hacia la batalla de los 200 metros. La norteamericana Vivian Brown es la favorita. La Cobián no se amilana: aprieta el acelerador. Ni hablar de rezago en su principal contraria: no hace quedar mal a los expertos. El cetro es para ella 23.9 segundos por 24 de la antillana. Sabrosa lid del cambio de batón: Irene Martínez, Fulgencia, Nereida y Miguela se dan entera. ¡Ay, la calidad de las cuatro de Estados Unidos es superior a esas ansias! Digno subtítulo.

Repaso en mi mente varios de los logros olímpicos de las mencionadas atletas del Norte: McGüire, la corona en los 200, plata en los 100 y en el relevo de Tokio 1964; White, Willie, segunda en el salto largo de Melbourne 1956 y en el relevo de 1964; Marilyn, en el cambio de testigo plateado en la cita japonesa Precisamente nos dirigimos hacia el certamen rescatado por Pierre de Coubertin: los Juegos Olímpicos de México 1968 nos abren sus puertas.

Lidia decisiva del relevo corto de las mujeres. Para los entendidos, estadounidenses y cubanas son las más potentes. El oro es para las estadounidenses, obligadas a emplearse a fondo por el empuje de las caribeñas ¡Rompieron la plusmarca mundial con 42.88! Las cubanas quebraron la marca nacional con 43.36.

El gallo de mis vecinos más cercanos canta. Me levanto. Mi compañera en la vida, la periodista y escritora María del Carmen Mestas, me dice: “Escríbelo tal como lo soñaste y no dejes de agrégale los triunfos de la corredora en un cuadrito al final o algo por el estilo. Si la sequedad en el periodismo daña, también lo hace la carencia de investigación. Esmérate: no dejes morir a Miguelina”.

Resultados más relevantes de Miguelina Cobián:

Centrocaribes. Oro en los 100 metros planos de Kingston 1962 con nueva plusmarca para la justa: 12 segundos. Integra la Delegación de la Dignidad que derrota el intento yanqui de impedir nuestra participación en San Juan 1966, donde repite el título en la distancia más corta y despide a la al mejor registro del certamen con 11.7. Añade el segundo puesto en los 200 y el relevo.

Panamá 1970: tres doradas, en 100, 200 y el relevo con marcas regionales: con 11.4, 23.5 y 44.7, respectivamente. Panamericanos: plata en 100, 200 y el relevo de Sao Paulo 1963. Cuatro años después en Winnipeg, plata en 100 y bronce en 200, además de oro en el relevo con el mejor registro histórico del clásico: 44.6.

Citas olímpicas: Tokio 1964, primera deportista cubana finalista: quinta en la prueba reina. Séptimo puesto en 1968. En 200 llegó a semifinales. Subtitular en el relevo corto en Ciudad de México 1968 con el adiós al récord nacional: 43.36. La deportista más brillante de su país en la década del 60 y entre las más destacadas velocistas del planeta.

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