Por: David Hidalgo
Illarramendi
Imagen: Tomada de Internet.
El problema de la educación de la sexualidad ha sido una preocupación constante en el devenir histórico de la humanidad, desde una perspectiva global.
En Cuba, antes de 1959, la instrucción del pueblo no era prioridad de los gobernantes. El conocimiento de la esfera sexual se limitaba solo a los aspectos anatómicos que explicaran la función reproductiva de estos órganos, incluso el personal médico estaba privado de la educación con respecto a este tema, a causa de los prejuicios y tabúes de la época.
A partir del triunfo de la Revolución, la escuela adquirió una importante función social en la preparación de las nuevas generaciones. De este modo, se trazaron modelos para el desarrollo de la educación de la sexualidad, respaldados por políticas sociales y la promulgación de leyes en favor del pleno ejercicio de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres.
En este apartado es importante destacar la labor realizada por el Centro Nacional de Educación Sexual en conjunto con la Federación de Mujeres Cubanas, la Radio y la Televisión nacionales y otras instituciones en la promoción de la sexualidad responsable para prevenir embarazos precoces o no deseados, las infecciones de transmisión sexual, el VIH-SIDA y la explotación sexual.
De esta manera, el Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) ha desarrollado nuevas estrategias, como parte del Programa Nacional de Educación Sexual, basadas en la realización de charlas, conferencias, debates, sesiones de teatro, entre otras iniciativas, a partir del respeto a la libre y responsable orientación sexual e identidad de género, como ejercicio de equidad y justicia social. Este proyecto tiene como objetivo contribuir a la educación de toda la sociedad en esta área.
“La igualdad y la no-discriminación son fundamento para la protección y promoción de los derechos humanos, e incluyen la prohibición de toda distinción, exclusión o restricción por motivos de raza, color, sexo, religión, opinión política, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición; incluida la discapacidad, edad, nacionalidad, orientación sexual e identidad de género, situación social y económica, entre otras”.
Con estas palabras, la directora de esta institución, Mariela Castro Espín señaló el camino por el que debe transitar la sociedad cubana actual para llegar a ser dignos defensores de los derechos que compartimos todos los seres humanos.
Hoy en día, la educación sexual es asumida como una formación de valores socialmente positivos, los cuales se proyectan en los comportamientos responsables que manifiesta una gran parte de los adolescentes y jóvenes cubanos.
La consolidación de la educación sexual es indudable y se hace evidente en la conciencia creada acerca del uso de los distintos métodos anticonceptivos, la disminución de casos de embarazos en edades tempranas y la prevención de enfermedades de transmisión sexual.
Teniendo en cuenta el reconocimiento de las distintas formas de organización de las familias cubanas, la aceptación de todo tipo de diversidad y la sensibilización contra la homofobia, podemos afirmar que nuestra sociedad ha dado grandes pasos de avance en materia de respeto, tolerancia y educación de la sexualidad.