Por: David Hidalgo IllarramendiLos más pequeños tienen los mismos derechos humanos generales que tiene cualquier adulto. Foto: Tomada de ACN.
El triunfo de la Revolución en 1959 marcó un antes y un después en la vida de todos los niños del paÃs, debido a que estos pasaron a ocupar un lugar prioritario en la sociedad cubana.
Teniendo como base las palabras de nuestro héroe nacional José MartÃ, se implementaron nuevas polÃticas en favor de la infancia, las cuales vinieron acompañadas de la gratuidad de la educación, la salud pública y otras garantÃas que convirtieron a esta pequeña nación en un ejemplo para todo el mundo cuando se trata defender los derechos de la niñez.
Para conocer acerca de los derechos de los infantes en nuestro paÃs y el papel que desempeña la fiscalÃa en la protección de los niños y jóvenes, la COCO dialogó con la Fiscal Jefa del municipio Boyeros, Rita MartÃnez Rivero.
¿Tienen derechos los niños en Cuba?
“Los niños tienen derechos tanto en Cuba como en el resto del mundo, los cuales, no son solamente un conjunto de normas jurÃdicas que protegen a las personas hasta cierta edad. Los más pequeños tienen los mismos derechos humanos generales que tiene cualquier adulto, además de los especÃficos derivados de las necesidades propias de su edad. Dichas jurisdicciones son consideradas inalienables e irrenunciables, por lo que nadie puede vulnerarlas”.
“Desde hace más de 30 años los dirigentes mundiales suscribieron un compromiso histórico con todos los infantes del mundo al aprobar la Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos del niño, de la cual Cuba es signataria desde el año 1991”.
“Ese acuerdo establece la dignidad humana de todos los niños y la urgente necesidad de velar por su bienestar y desarrollo. En nuestro paÃs, el DÃa Internacional de la Infancia es la antesala del tercer domingo de julio, fecha en la que tenemos la misma celebración, pero a nivel nacional”.
¿Los derechos de la niñez en Cuba están recogidos en algún documento legal?
“SÃ, y todos estos son expuestos en la Constitución de la República de Cuba. Este documento defiende que no existan niños sin escuelas, sin alimentación, sin atención médica y convoca a promover la educación patriótica, asà como la preparación de los menores para la vida social. De igual manera, la Constitución resalta el papel de la familia como célula básica de la sociedad, las escuelas, los órganos estatales, las organizaciones polÃticas y de masas en la formación integral de la niñez y la juventud”.
¿Cuál es el papel de la fiscalÃa en la defensa de los derechos de los niños?
“Ante cualquier duda con relación a los derechos de los más pequeños podemos acudir a fiscalÃa. Todas las fiscalÃas generales de nuestro paÃs cuentan con un departamento de atención a la familia, el cual, se encarga de proteger los derechos de los menores desde diferentes puntos de vista. El fiscal representa a los niños cuando no están sujetos a la patria potestad de sus padres o cuando existan intereses contrapuestos entre los menores y sus representantes”.
“Hoy en dÃa existen muchos conflictos derivados de la patria potestad de los padres que requieren la participación de la fiscalÃa ya que alguien debe preocuparse por los intereses de este joven que se encuentra en medio del problema y que aún no tiene la mayorÃa de edad legal ni la madurez para decidir por su cuenta”.
“En virtud de esto, se realiza un proceso previo en el que escuchar al menor juega un papel muy importante. Los más jóvenes tienen voz, aunque no tengan la mayorÃa de edad y merecen ser escuchados. Anteriormente los menores no podÃan ser escuchados ni por el tribunal ni por la fiscalÃa hasta los siete años de edad, sin embargo, esto ha cambiado y ahora pueden ser parte de este proceso a cualquier edad siempre y cuando tengan la capacidad de hacerse entender y comprender lo que se les pregunta”.
Comentaba anteriormente acerca de la labor de la fiscalÃa en defensa de los niños, pero ¿qué sucede si los menores son comisores de delitos?
“En nuestro paÃs la mayorÃa de edad legal se alcanza a los 18 años y la mayorÃa de edad penal a los 16 años. Si un menor de 16 años cumplidos es comisor de un delito o presenta un trastorno de conducta, es atendido por los Consejos de Atención a menores del Ministerio del Interior (MININT) o de Educación, los cuales se ocupan de evaluarlos e imponerles determinadas medidas, como, por ejemplo, asistir a escuelas de conductas internas o semi internas”.
“En esas instituciones el joven recibirá las materias de sus estudios y se trabajará con él para su reeducación. También existen escuelas de formación integral, las cuales acogen de manera interna a adolescentes comisores de delitos o con graves trastornos de conductas. Por otra parte, contamos con los hogares de niños sin amparo familiar, para jóvenes con carencia familiar o que no tienen un lugar donde vivir”.
“Los fiscales visitan regularmente esos centros para asegurarse de que los derechos de los niños sean cumplidos. Es gratificante ver personas que se encargan tan bien del cuidado y la atención de esos pequeños, no obstante, en varias ocasiones hemos tenido que accionar contra la directiva del centro por determinadas conductas y maltratos que lesionan sus intereses”.
¿Cómo interviene la fiscalÃa en el caso de que un menor de edad fuese vÃctima de algún delito?
“Las leyes incluyen severas sanciones ante casos de violencia familiar, lesiones, corrupción de menores y abusos lascivos. Cuba se ha adherido a documentos internacionales que protegen a los más jóvenes contra la venta, la prostitución, la pornografÃa y cualquier otra forma de abuso sexual”.
“En La Habana existe un centro de protección a niños y adolescentes que fueron vÃctimas de delitos similares. Esa entidad tiene como tarea principal realizar el estudio y la exploración de los hechos con todos los mecanismos requeridos para que el menor no se sienta aún más victimizado”.
“Esto es muy importante para la fiscalÃa con vistas a un futuro proceso penal, debido a que en esa clase de delitos generalmente no hay testigos y solo la vÃctima puede identificar qué sucedió. Para nosotros es muy difÃcil ver una grabación o participar en una exploración donde hay un niño involucrado en ese tipo de hechos que no deberÃan ocurrir”.