La Habana en 2025: un año de movilización política y compromiso social

Fotos tomadas del sitio web del periódico Tribuna de La Habana/Collage: Radio COCO.

Por: Isabel María Calvo Sánchez

Durante el año 2025, las organizaciones políticas y de masas en La Habana desempeñaron un papel clave en la articulación de esfuerzos para fortalecer la conciencia revolucionaria, enfrentar los desafíos económicos y sociales, y consolidar la participación ciudadana. 

El Partido Comunista de Cuba, junto a estructuras como los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) y la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) impulsaron acciones dirigidas a perfeccionar el trabajo político-ideológico en barrios, centros laborales y estudiantiles. 

Se priorizó la formación de valores, el combate a la corrupción y las ilegalidades, así como la promoción de la disciplina social, especialmente a través del IV Ejercicio Nacional de Prevención y Enfrentamiento al Delito, que movilizó a instituciones y comunidades en toda la capital.

Además, estas organizaciones acompañaron la implementación del Programa de Gobierno 2025, centrado en la estabilización macroeconómica, el desarrollo territorial y la descentralización de la gestión local. 

La coordinación interinstitucional fue esencial para avanzar en políticas públicas vinculadas a la salud, educación, vivienda y producción de alimentos, consolidando así un año de intensa labor colectiva en favor del bienestar del pueblo habanero.

La UJC tuvo una participación destacada en 2025, enfocando su quehacer en el fortalecimiento del liderazgo juvenil, la formación política y la inserción activa de los jóvenes en los procesos económicos y sociales del país. 

Se promovieron espacios de debate y reflexión sobre los desafíos actuales de la nación, así como jornadas de trabajo voluntario en sectores estratégicos como la agricultura urbana, la educación y la salud. 

De igual forma, la UJC impulsó iniciativas para el desarrollo de proyectos comunitarios liderados por jóvenes, fomentando el emprendimiento, la innovación y el compromiso con el desarrollo local. Su presencia en universidades, centros de trabajo y comunidades fue clave para canalizar las inquietudes de las nuevas generaciones y vincularlas con las prioridades de la Isla caribeña.

Por su parte, la FMC centró sus esfuerzos en la promoción de la equidad de género, la protección de los derechos de la mujer y el fortalecimiento del papel de la familia en la sociedad cubana. En el período, desarrolló también campañas de sensibilización sobre la violencia de género, la salud sexual y reproductiva, y la participación femenina en espacios de decisión. 

Igualmente, se consolidaron redes de apoyo a madres trabajadoras, mujeres emprendedoras y adultas mayores, con énfasis en la capacitación y el acceso a recursos. La FMC mantuvo una presencia activa en los barrios, articulando acciones con otras entidades para atender problemáticas sociales y promover entornos más inclusivos y solidarios.

Ambas organizaciones, la UJC y la FMC, demostraron en 2025 su capacidad de movilización, su compromiso con los principios de la Revolución y su papel esencial en la construcción de una sociedad más justa, participativa y cohesionada. 

Su labor complementó la acción del Partido y del Gobierno, contribuyendo a fortalecer el tejido social de La Habana y a enfrentar los desafíos del presente con unidad, creatividad y sentido de pertenencia.

En 2025, los CDR reafirmaron su papel como columna vertebral de la vigilancia revolucionaria y la participación ciudadana en los barrios habaneros. Su trabajo se centró en fortalecer la unidad comunitaria, promover la disciplina social y apoyar activamente las campañas de enfrentamiento a las ilegalidades, la corrupción y las indisciplinas. 

A través de asambleas vecinales, jornadas de higienización y acciones de prevención del delito, los CDR contribuyeron a elevar la conciencia cívica y el sentido de responsabilidad colectiva. 

Desempeñaron un rol esencial en la movilización para tareas de impacto social, como la atención a personas vulnerables, la promoción de valores éticos y la participación en programas de la Salud y Educación, consolidando su presencia como estructura clave en la defensa de los principios de la Revolución desde la base.

YER

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