La innovación tiene rostro, nombre y compromiso

Durante la entrega del Premio al Innovador de Mayor Impacto Económico y/o Social, La Habana figura como la provincia más representada.

Por sus aportes en cuanto a generar soluciones creativas de impacto económico y social en el país, 28 innovadores recibieron el agasajo de la ANIR nacional. Foto: Lissette Martín López. 

Por: Lissette Martín López

La creatividad como fuerza transformadora volvió a ocupar el centro de la escena en Cuba. Esta vez con La Habana como provincia más representada en la vigésimo tercera edición del Premio al Innovador de Mayor Impacto Económico y/o Social, que otorga la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (ANIR). 

En un país donde cada solución cuenta, donde cada idea puede marcar la diferencia, los lauriados representan mucho más que resultados técnicos: encarnan la voluntad de avanzar, incluso en medio de las dificultades.

La ceremonia oficial, celebrada en el Hotel Palco, reunió a 28 cubanas y cubanos, de los cuales siete pertenecen a la capital del país. Sus aportes abarcan sectores tan diversos como las Comunicaciones, el Agropecuario, la Educación, Energía y Minas, y la Industria Alimentaria. 

No es casual que el territorio haya sido el más representado, pues su tejido laboral, diversidad productiva y espíritu de reinvención constante la convierten en terreno fértil para la innovación.

Entre los premiados figura Tamara López Lavastida, de 28 años, que se convirtió en la persona más joven en recibir este reconocimiento desde su instauración hace más de dos décadas.

Tamara López es la anirista más joven laureada en la historia de los premios. Foto: Lissette Martín López.

Técnica en Mantenimiento y Energía en la Fábrica de Galletas Fulces Siré, perteneciente a la Unidad Empresarial de Base Gambi, Tamara logró adaptar una vieja máquina empaquetadora de caramelos para envasar galletas, junto a un equipo de aniristas experimentados. Su ingenio no solo optimizó el proceso, sino que permitió que el producto llegara en 2024 a provincias como Guantánamo y Pinar del Río, afectadas por eventos meteorológicos. Una solución sencilla, pero con impacto real en la vida cotidiana.

Los premiados de esta edición no se limitaron a resolver problemas técnicos. Sus iniciativas abarcan desde el impulso al proceso de bancarización y la sostenibilidad energética, hasta la preparación de docentes, estudiantes y adultos mayores en el uso de las nuevas tecnologías, incluyendo la inteligencia artificial.

También se reconocieron proyectos vinculados al turismo de naturaleza en áreas protegidas, que generan ingresos en divisa sin comprometer el entorno, así como avances en terapia biológica regenerativa y el desarrollo de medios no invasivos para la neurocirugía infantil. Cada uno de estos logros habla de una Cuba que no se detiene, que apuesta por la ciencia aplicada a sus propias necesidades.

Durante el encuentro, el titular del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), doctor en Ciencias Armando Rodríguez Batista, compartió reflexiones sobre la construcción colectiva de la futura Ley General de Ciencia, Tecnología e Innovación, que se prevé presentar ante la Asamblea Nacional del Poder Popular en diciembre. 

Esta ley, que ha recorrido el país junto a la ANIR, busca integrar a todos los actores del sistema en un marco legal inclusivo, donde la innovación no sea privilegio de unos pocos, sino herramienta de todos.

En tiempos donde la creatividad se convierte en recurso estratégico, este premio no solo celebra el talento individual, sino que reafirma el valor de encontrar soluciones desde lo cotidiano y apostar por una Cuba que se reinventa desde sus propias manos.

YER

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