Yisnoly López competirá en París 2024 con 17 años. Foto: Cortesía de la atleta. |
Por: Tony Díaz
En el vasto océano del talento deportivo cubano, una joven promesa se eleva sobre las pistas acuáticas: Yisnoly Franchesca López, la integrante más joven de la delegación que estará en los Juegos Olímpicos de París 2024.
Con solo 17 años se enfrentará al desafío del C2-500 metros (m), hombro con hombro junto a la reina indiscutible de la canoa de velocidad, Yarisleidis Cirilo, doble titular del orbe en el C1-200 m.
Desde Polonia, donde se prepara por estos días, la estudiante de duodécimo grado, nacida un 15 de agosto de 2006 en el Batey del Central Emilio Córdova, en Ranchuelos, Villa Clara, comparte su entusiasmo.
“Estoy muy orgullosa de asistir a mis primeros Juegos Olímpicos y más aún de haber clasificado junto a quien es mi guía, la campeona mundial Yarisleidis Cirilo”.
El dúo dinámico de Yisnoly y Yarisleidis ya demostró su valía con un respetable séptimo lugar en la Copa del Mundo de Canotaje de Velocidad en Szeged, Hungría.
De las primeras paletadas a París 2024
Era un viernes cualquiera cuando la vida de la futura deportista olímpica dio un giro.
Mientras practicaba bajo la atenta mirada de su profesor Misael Rodríguez, la descubrieron el entrenador Yanoxy y el comisionado provincial Juan Manuel. En ese instante, la invitaron a unirse a la academia, marcando el inicio de su vida en el canotaje.
Con apenas 10 años comenzó su formación en la academia del deporte de Santa Clara, bajo la tutela del profesor Nailet Paz. A él lo considera su primer entrenador oficial de canoa, el arquitecto de sus primeros trazos en el agua.
Yisnoly Franchesca, una adolescente que debe sus nombres a su madre, Yaniuska, destaca en una familia sin otros atletas de alto rendimiento. Ni su madre ni su padre, Baloy, fueron deportistas. Y tampoco hermano Jarumi, de 24 años.
Pero Yisnoly es diferente. Con 1.76 metros de estatura y 74 kg de peso, esta joven que antes practicó baloncesto ahora se desliza sobre las aguas con la gracia y la fuerza de una verdadera campeona.
Su historia es un testimonio de que, a veces, los sueños pueden encontrarnos cuando menos lo esperamos.
Por lo pronto hará realidad uno de los que le han animado desde que abrazó al deporte de sus amores, como regalo adelantado al día en que celebrará sus 18 años, 29 menos que los vividos por el tirador Leuris Pupo.
Este pistolero clasifica como el más longevo de la embajada olímpica de la Isla, a la que ya representó en seis lides de ese tipo, con un oro de leyenda en Londres 2012, plata igualmente meritoria en Tokio 2020 y deseos intactos de volver a brillar.
Tomado de Jit
Desde Polonia, donde se prepara por estos días, la estudiante de duodécimo grado, nacida un 15 de agosto de 2006 en el Batey del Central Emilio Córdova, en Ranchuelos, Villa Clara, comparte su entusiasmo.
“Estoy muy orgullosa de asistir a mis primeros Juegos Olímpicos y más aún de haber clasificado junto a quien es mi guía, la campeona mundial Yarisleidis Cirilo”.
El dúo dinámico de Yisnoly y Yarisleidis ya demostró su valía con un respetable séptimo lugar en la Copa del Mundo de Canotaje de Velocidad en Szeged, Hungría.
De las primeras paletadas a París 2024
Era un viernes cualquiera cuando la vida de la futura deportista olímpica dio un giro.
Mientras practicaba bajo la atenta mirada de su profesor Misael Rodríguez, la descubrieron el entrenador Yanoxy y el comisionado provincial Juan Manuel. En ese instante, la invitaron a unirse a la academia, marcando el inicio de su vida en el canotaje.
Con apenas 10 años comenzó su formación en la academia del deporte de Santa Clara, bajo la tutela del profesor Nailet Paz. A él lo considera su primer entrenador oficial de canoa, el arquitecto de sus primeros trazos en el agua.
Yisnoly Franchesca, una adolescente que debe sus nombres a su madre, Yaniuska, destaca en una familia sin otros atletas de alto rendimiento. Ni su madre ni su padre, Baloy, fueron deportistas. Y tampoco hermano Jarumi, de 24 años.
Pero Yisnoly es diferente. Con 1.76 metros de estatura y 74 kg de peso, esta joven que antes practicó baloncesto ahora se desliza sobre las aguas con la gracia y la fuerza de una verdadera campeona.
Su historia es un testimonio de que, a veces, los sueños pueden encontrarnos cuando menos lo esperamos.
Por lo pronto hará realidad uno de los que le han animado desde que abrazó al deporte de sus amores, como regalo adelantado al día en que celebrará sus 18 años, 29 menos que los vividos por el tirador Leuris Pupo.
Este pistolero clasifica como el más longevo de la embajada olímpica de la Isla, a la que ya representó en seis lides de ese tipo, con un oro de leyenda en Londres 2012, plata igualmente meritoria en Tokio 2020 y deseos intactos de volver a brillar.
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