Por: Ania González Rodríguez
José Juaquín Hechevarría Batista tenía poco más de 20 años cuando los sucesos de Girón, para entonces ya había participado en la limpia del Escambray y había pasado la escuela de milicias de Matanzas, por eso estuvo entre uno de los primeros batallones que marcharon a Playa Girón.
No es casual entonces, revivir con él aquella historia y pertrecharse de las lecciones que allí aprendió, una de ellas: que los mercenarios no tienen patria, la pierden cuando por dinero la traicionan, sin importar su costo criminal para otros que habitan el suelo en que nacieron.
Me convencí de este juicio al adentrarme en los relatos del miliciano guanabacoense, que el 17 de abril de 1961, fusil al hombro, se fue al combate con el batallón 115 hasta el día de la victoria.
Es evidente que cuando no se pelea por un ideal aflora la cobardía. Así se puso de manifiesto en la batalla de enfrentamiento a la invasión mercenaria,que venia,con su carga de muerte, a quitarle al pueblo cubano su Revolucióny para ello no les importaba dañar ni a la más tierna vida.
De la presencia de Fidel en Girón y su actuación formidable, cuenta el entices muy joven miliciano José Juaquín Hechevarría Batista.
En el mayoritario sentir nacional, tal y como afirmara el presidente de la República de Cuba, Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez en la Sesión Constitutiva de la X Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular este 19 de abril: “Como en Girón ¡Seguiremos venciendo!”