¡Portuarios!


Por Víctor Joaquín Ortega

¿Cómo es posible? Los directores de tribuna y los de verdad, los aficionados y los expertos fueron agarrados por el asombro. Antes de comenzar la Liga Élite, Portuarios era colocado en el renglón de los débiles.

Al inicio del torneo y bastante más allá de la mitad, los resultados parecían dar la razón a la opinión aquella. Pues se equivocaron. Caballeros y damas del béisbol comprendan que una cosa es el papel y otra la vida, siempre más verde y hermosa.

Mientras, al manager de aquella plantilla calificada de menos completa por la mayoría, no lo atrapó el escepticismo. 

Michael González se batió desde el principio para enderezar la nave. Ante todo, hizo nacer y fortaleció la unidad a cada paso, y  emprendió un trabajo arduo para vencer las debilidades técnicas y alimentar el coraje. Y a bogar. Al final, tremenda remontada.

¿Por qué abrir la puerta a la sorpresa? Este hombre como pelotero activo mostró coraje, entrega, disciplina, amor al uniforme, incluso ganó poder con la majagua. Si su conjunto no llegaba a la siguiente fase, los otros querían llevarlo de refuerzo para sus filas. Cuando pasó a dirigir el seleccionado de su provincia, insufló esas cualidades a sus pupilos, y demostró inteligencia, conocimientos y creatividad.

Lo realizado ahora continuó por el mismo sendero. Sin embargo, cuando llegó a estar entre los cuatro grandes, no pocos pronosticaron que sus muchachos ya habían hecho bastante y les tocaba despedirse. Craso error.

No los amilanó el revés sufrido en el juego inicial de este play off. Con tremendos bríos condujeron la batalla a punto de mate: tres a uno. 

Ah, la realidad impuso un nuevo y duro examen. Al borde de vencer al contrincante y obtener el arribo a la fase final, el magnífico jardinero central Joasán Guillén cometió un error después de una esprintada y llegar a un buen batazo. La debacle. Derrota. En el sexto encuentro, la  golpiza recibida hasta la entrada siete, presagiaba la necesidad de celebrar el séptimo enfrentamiento: 8x1 vencía Centrales en su estadio.

Ni hablar. Se desató la ofensiva de los pupilos de González y  se fueron arriba 9x8. Supieron aprovechar los deslices del contrincante en ese partido: cuatro errores, fallas a la hora buena, mal  corrido ¿Cómo mandar de segunda para home con la bola en la mano de Laza.  Desde antes,  laceraciones increíbles hicieron mella en los derrotados. 

No bajaron siquiera a turnos al bate menos exigentes a gente que vale pero estaba muy mal. Los nombres por altísima gloria que tengan no batean ni capturan conexiones. Hay que poner a quien esté mejor, sea quien sea el que no ande bien. Tampoco supieron aplicar la bancoterapia.

No debe temblar la mano si urge,

La estrategia y la táctica del lado oponente estuvieron de altura y se puso de manifiesto en la lid final de dicho play off. Dejar al relevistaAndy Vargas sobre el box sin recurrir al cerrador: magnífico. Hay quien por huir al librito se amarra a nuevos textos y los convierte en esquemas, en manualitos.

Respeto y confianza a ese poeta del bosque principal, Guillén, situado otra vez en el momento necesario en un puesto ganado por su quehacer. Decisión técnica y humana para aplaudir.

La tripulación de la nave vencedora asimiló orientaciones, lecciones y el ejemplo. El cuerpo de dirección desempeñó su papel pese a no ser perfecto. ¿Cuál lo es?  

El equipo ha escrito una página heroica y puede desde hoy agregarle líneas de oro. Por lo pronto, han alimentado a nuestro deporte nacional tan necesitado de vitaminas de ese tipo. 

¡Gracias,  Portuarios! ¡Gracias, Michael González por dirigir a tus marinos a puerto seguro y hacia la inefable belleza beisbolera! 

1 Comentarios

  1. Felicidades a portuarios , saber venir de abajo es su especialidad

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