Por: Neuris Orlando Blanco
Gómez
El sistema deportivo cubano tiene amplia experiencia en el
enfrentamiento a la Covid-19, aprendizajes que servirán para prevenir
contagios en la nueva normalidad. Foto: Neuris Blanco.
La recuperación paulatina del escenario restrictivo que impuso la Covid-19 genera un gran movimiento de personas en relación con las actividades sociales, entre ellas la práctica del deporte.
Si bien resulta alentador avanzar hacia otra etapa, acorde al mejoramiento de la situación epidemiológica, aspecto que es necesario, hay que hacerlo sin que lleve al retroceso.
Cuando se concrete el retorno a las aulas en el curso escolar y con ello a las escuelas e instalaciones deportivas, que deben estar certificados por salud pública para reabrir, se debe estar muy atentos y mantener estrecha vigilancia con el cumplimiento de las medidas dispuestas para este período.
No se debe concebir actividad deportiva en ningún escenario si antes no están garantizadas todas las condiciones higiénicas, sanitarias y sin que el personal responsable esté preparado para hacer cumplir lo establecido, responsabilidad que no debe recaer solo en los profesores y estudiantes.
El
sistema deportivo cubano tiene la experiencia de haber preparado en medio de la
Covid-19 a los atletas para los compromisos internacionales como lo fueron los
Juegos Olímpicos y Paralímpicos, entrenar a los que se alistan para participar
en los I Juegos Panamericanos Juveniles
de Cali, en noviembre próximo, por solo citar ejemplos, y los resultados, han
sido favorables.
Además, han tenido a muchos profesores en la zona roja en los centros de
aislamiento, en la pesquisa junto al personal de salud y todo esto debe
contribuir a un sistema de vigilancia epidemiológica en estos centros para
evitar un rebrote de la pandemia.
Es una necesidad que se recupere la práctica deportiva y así será, pero todos
tienen la responsabilidad, con el accionar individual, de aportar al cuidado
colectivo en la nueva normalidad.