Inauguración olímpica a la vista en medio del rebrote

Foto: olympus.com
Por: Rogmary García Sánchez

La entrada de la llama olímpica, el próximo 23 de julio, en el estadio nacional de Tokio, Japón, marcará el inicio de uno de los JuegosOlímpicos más extraños y alarmantes de la historia.

Después de que la ministra del certamen, Tamaya Marukawa, anunciara el evento sin público, ni nacional ni extranjero, por ser declarada la capital japonesa en estado de emergencia tras un rebrote, la cita entra en un clima tenso cuando, según las últimas encuestas, el 86 por ciento de la población japonesa teme una nueva ola o una nueva variante de COVID-19.

Pero hay ingresos y contratos sobre la mesa que no se pueden olvidar. Según el New York Times, cuatro mil millones de dólares es la cantidad por los derechos de televisión que tendría que devolver el Comité Olímpico Internacional (COI) si se suspenden.

“La cifra representa el 73 por ciento de los ingresos del COI. Los patrocinios relacionados con los Juegos Olímpicos suponen cientos de millones de dólares más, y una cancelación significaría que esas empresas también podrían solicitar reembolsos”, declara el artículo del medio estadounidense.

En cuanto a Cuba, buena parte de la delegación nacional ya viajó al país asiático. Con protocolos sanitarios estrictos, aplicaciones en los móviles que pide la sede de cumplimiento obligatorio, y la tensión propia de una competencia espectacular pero atípica.

En total, se espera la participación de 11 mil deportistas olímpicos y cuatro mil 400 paralímpicos de 200 países. El mundo y los medios de comunicación estarán a la expectativa, como siempre, del evento deportivo más seguido, sin embargo, esta vez, la cita tiene el compromiso de enarbolar la llama de la salud y el bienestar mundial.

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