A partir de la presencia eterna del Atleta Mayor (III): de 1970 a 1991, décadas de esplendor deportivo

Fidel entrega la medalla de oro a Javier Sotomayor en los Juegos Panamericanos de La Habana 1991. Foto: Jit.
Por Víctor Joaquín Ortega

Fidel Castro había adelantado que Cuba apoyaría las aspiraciones deportivas de los pueblos, sobre todo, la de los latinoamericanos: “Algún día los ayudaremos también a formar deportistas, y algún día las competencias serán más parejas. Llegará el día en que a nosotros nos pidan también instructores" (30 de abril de 1974).

Sobre ello agregaría con posterioridad: “…entre 1992 y 1999, más de cinco mil técnicos y especialistas cubanos han prestado servicios y han ayudado al desarrollo del deporte en decenas y decenas de países llamados emergentes… Cuando nos ganan medallas en cualquier deporte, tenemos que sentirnos satisfechos porque constituye una prueba de la dignidad, el honor, la seriedad y la honradez de nuestros especialistas deportivos…” (13 de agosto de 1999).

En el período especial la misión internacionalista se sostiene en la cima, pese a dificultades y desatinos, ningún centro escolar deportivo es cerrado y no son clausurados los servicios de cultura física.

Pero no vayamos tan rápido. Este texto transita por la tercera fase del deporte cubano después del triunfo del pueblo, esa que denominaremos La del claro avance (1971- 1980).

El ajedrecista Silvino García fue el primero en llevar a la realidad el vaticinio de Ernesto "Che" Guevara: tendremos Grandes Maestros. Sucedió en 1975.

Precursor como recordista del orbe para la Mayor de las Antillas en lides individuales: el triplista Pedro Pérez Dueñas, con 17.40 metros, en los sextos Panamericanos, acogidos por la ciudad colombiana de Cali en 1971, donde por primera ocasión terminamos en segundo puesto.
Alberto Juantorena, doble monarca olímpico en Montreal 1976, un hito del deporte cubano. Foto: Cubahora.cu.
Juegos Olímpicos de Múnich 1972. La Escuela Cubana de Boxeo enseña sus pasos triunfales en la gran justa con tres hombres dorados: Orlando Martínez, primero del país después de 1959, Emilio Correa y Teófilo Stevenson en la vanguardia.

Grandes también los segundos lugares de Garbey y Regüeiferos en la justa bajo los cinco aros de México 1968.

Alberto .Juantorena fue e primero y único en lograr hasta ahora los centros en 400 y 800 lisos en un mismo clásico (Montreal 1976).

La jabalinista María Caridad Colón, primera mujer hispanolatinoamericana en coronarse en una magna justa: Moscú 1980. En ese evento en tierras soviéticas llega la tercera corona para el mejor púgil amateur de todas las épocas: Teófilo Stevenson.
María Caridad Colón, primera MUJER campeona olímpica de hispanoamérica. Foto: Arhicvo COCO.
En el Mundial de Boxeo de La Habana, en 1974, contundente triunfo. Solo por encima el vibrar de la Olimpiada de Ajedrez de 1966, reconocida como la mejor de todos los tiempos, y la fiesta continental La Habana-Santiago 1991. En las tres lides sobresalió la presencia de Fidel.

Ningún jefe de gobierno, por cierto, ha participado tan activamente en un torneo del juego ciencia como el desarrollado en el hotel Habana Libre.

También en esta fase, la gran herida: el Crimen de Barbados. Intenso dolor debido a la barbarie cometida por asesinos creados, organizados y pagados por el imperialismo que siniestraron la aeronave de Cubana de Aviación, el 6 de octubre de 1976.

El 15de agosto, Fidel despide el duelo de las víctimas, integrantes del equipo triunfador en el Centroamericano de esgrima: “Nuestros atletas sacrificados en la flor de la vida y de sus facultades, serán campeones eternos en nuestros corazones; sus medallas no yacerán en el fondo del océano, se levantan ya como soles sin manchas y como símbolos en el firmamento de Cuba".

Y en la apertura de la Escuela de Iniciación Deportiva (Eide) habanera un año después establece: "En obras como estas y en tareas como las que tenemos por delante, vivirán eternamente nuestros hermanos”.

Continuará...

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente