La palma real en Cuba. Foto: Internet |
Autora: Caridad Labrada Curbelo
Verdor que mece el viento y a cada instante sorprende al visitante al visualizar la palma real o Roystonea regi, cuando de recorrido por la mayor isla de las Antillas se exhibe como símbolo natural de cubanía.
Verdor que mece el viento y a cada instante sorprende al visitante al visualizar la palma real o Roystonea regi, cuando de recorrido por la mayor isla de las Antillas se exhibe como símbolo natural de cubanía.
Y es que la monarca de Cuba se encuentra no solo en el paisaje, sino también en el escudo y en la obra de numerosos intelectuales y artistas isleños, así como en la de otras personalidades del mundo, desde su primera “aparición pública” a la llegada del Gran
Almirante Cristóbal Colón el 27 de octubre de 1492.
Quizás la abundante presencia de la esbelta de penacho verde fue uno de los incentivos visuales del avezado marinero que sorprendido tocó las costas de Bariay, en el oriente cubano, y exclamó: “Esta es la tierra más hermosa que ojos humanos hallan visto”, frase que hasta nuestros días promociona a Cuba como huella ecológica de alcance turístico internacional.
Entonces, resulta muy difícil recorrer el archipiélago ubicado en el Caribe sin ver la vistosa variedad, distinguida entre las más de seis mil 500 especies cubanas tan solo de plantas con semilla, especialmente adaptada a los bosques; entre las que se encuentran otras plantas tropicales, de río y frutales.
Como curiosidad botánica existen además otras tres especies, pero crecen solo en Baracoa, en la provincia de Guantánamo; la palma criolla azul (R. violácea); la palma blanca (R. stellata) y la palma de seda (R. lenis), esta última se identifica por los largos filamentos que salen del raquis o eje central de las hojas.
Sobre el tema que nos ocupa, es preciso aclarar que se conoce un centenar de especies de palmas en el planeta y todas ellas suelen ser heliófitas, es decir, que crecen mejor a pleno sol y prefieren los espacios abiertos.
Lo anterior coincide con el espíritu libertario de los cubanos, por lo que la palma se confirma en una especie de creación natural, majestuosa y elegante por su belleza sin igual, apreciada a cada lado del camino o plantada en hileras que logran uniformidad en tamaño y aspecto con relación a otro árbol ornamental.
Curioso es significar que la palma real cubana tiene en su familia cercana a la Roystonea elata de fuerte presencia en los terrenos bajos y cenagosos al sur de la Florida, región sur de los Estados Unidos, y que a pocos kilómetros de distancia de la isla del Caribe también existe gracias a la similitud climática y geográfica de ambas regiones, conocidas por su amplio interés turístico.
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