Vivo por el sistema de salud cubano (+ Audio)

Un Rayo de Esperanza en el Instituto de Endocrinología.

Foto: Cortesía de  José Rodolfo Fernández


Por: Leonel José Pérez Peña

José Rodolfo Fernández Fernández, campesino de la Cooperativa de Créditos y Servicios Juan Manuel Marques, ubicada en el barrio Bello 26 del capitalino municipio de La Lisa, nuevamente hace uso de su derecho constitucional, y expresa libremente, a través de la Emisora COCO-CMCK El Periódico del Aire, su agradecimiento por la atención recibida, primero en el Instituto de Neurología y Neurocirugía y ahora lo hace sobre el trato de excelencia recibido en la institución de Endocrinología.

Fernández su sometido a una neurocirugía, y cuando ya estaba rehabilitado, tuvo que acudir por otra dolencia al Instituto de Endocrinología. Ya en una ocasión publicamos una carta en la que este sencillo hombre de campo, agradece al Sistema de Salud cubano, todo el empeño para salvar su vida. Puede leer aquella publicación mediante este enlace.

Ahora José Rodolfo tiene una nueva historia que contarnos aceca del servicio de excelencia recibido en el Instituto de Endocrinología:

Hace alrededor de un mes, sentí la necesidad de expresar mi reconocimiento al Instituto de Neurología y Neurocirugía, instituciones médicas que, a pesar de las críticas constantes algunas justificadas, otras no tanto, siguen siendo pilares fundamentales de nuestra salud. No sé si la suerte me ha acompañado, pero hoy quiero extender ese reconocimiento al personal del Instituto de Endocrinología.

Mi primer contacto con este instituto fue a través de la Doctora Cosset Díaz, quien me brindó una atención excepcional. Pero la suerte quiso que mi camino se cruzara con un colectivo que, al igual que los neurólogos, irradia cariño, profesionalidad, familiaridad y un profundo sentido de pertenencia, no solo a su institución, sino a nuestro país, constantemente asediado por políticas que impactan negativamente a nuestro pueblo.

El colectivo del Instituto de Endocrinología, encabezado por su director, el Doctor Erick Robles, es un ejemplo de consagración y un testimonio del deseo genuino de mejorar la calidad de vida de sus pacientes, a quienes consideran su razón de ser.

Este homenaje es para todo el personal de la salud, y en especial para los trabajadores del INEN, representados por especialistas como la Doctora Cosset, la Doctora Idania López Mora, la Jefa de Sala Silvia y la Residente Mónica Seoany Castro, quien estuvo siempre a nuestro lado en los momentos más difíciles.

Admiramos la modestia de los residentes extranjeros y su dedicación a brindar una atención de calidad, así como la calidez con la que trataron a los pacientes, quienes también se convirtieron en una familia para nosotros. Y cómo no mencionar el trabajo consagrado de los enfermeros, encabezados por su jefe, Gerardo, y acompañados por Maite, Julio César, Norelvis, Raisa, Yanet, Dagnerys y Ariel, todos con el ánimo genuino de hacernos sentir como en casa.

Como paciente agradecido, debo también mencionar al personal que vela por nuestra alimentación y bienestar: la secretaria de la Sala, muy gentil y al tanto de nuestras interconsultas y pruebas fuera de la Sala, Malvada Castañeda; las nutricionistas Beatriz y Maritza; y la auxiliar de limpieza Deysi, que se preocupaba no solo de su trabajo, sino que nos colaboraba con elaborar el café en las mañanas. A todos, nuestro más sentido agradecimiento, que sirva de ejemplo para todos los integrantes de nuestro sistema de salud.

Ellos demuestran que, pese a las dificultades, es posible lograr una atención de excelencia, y que aquellos que intentan empañar la imagen de este sector tan sensible encontrarán colectivos como estos, con los que he tenido el privilegio de convivir durante un tiempo que me permitió compartir y valorar su entrega.

Mi más sincera felicitación y una invitación a que continúen con esa actitud, ese rayo de esperanza que iluminan en tiempos difíciles.

Por esa atención especial, muy pronto José Rodolfo volverá a su estancia y en el mercado se podrán adquirir sus frutos, los cuales llevan en su magia el agradecimiento de un hombre que vive para agradecer.

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