CIGB: Casi cuatro décadas de ingenio al servicio de la soberanía

Bajo la premisa de "una sola salud", trabaja ese colectivo insigne de la biotecnología en Cuba y para ello cuenta con el talento de sus innovadores y racionalizadores.

Foto tomada del perfil de Facebook del CIGB.

Por: Lissette Martín López

En el habanero Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), cada solución técnica es también una declaración de compromiso con el país. 

Bajo el principio de "una sola salud", este centro de alta tecnología, radicado en el municipio Playa, ha convertido la innovación y la racionalización en pilares de su quehacer cotidiano, con el respaldo de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (ANIR).

Desde 2023 hasta lo que va de 2025, ha acumulado una serie de logros que le valieron, por segunda vez, la Condición 8 de Octubre, otorgada por el Buró Nacional de la ANIR en el contexto de la Jornada del Innovador que se celebra cada mes de octubre.

El reconocimiento distingue los aportes de los integrantes de la ANIR que aseguran la misión  del colectivo de investigar, desarrollar, producir y comercializar novedosas aplicaciones biotecnológicas y productos biofarmacéuticos preventivos, terapéuticos y de diagnóstico, para los sectores biomédico, agropecuario e industrial.

Orlando Cívico Dávalos, máster en Ingeniería de Procesos Biotecnológicos y presidente de la ANIR en el CIGB, resume la filosofía del centro en una frase: "Innovar y racionalizar para investigar y producir en beneficio de la sociedad". Así lo practican los 136 aniristas que integran esta institución, incluso en los momentos más complejos.

El anirista Amado es fundador del CIGB, y de su autoría son importantes trabajos que han contribuido a la investigación, desarrollo y producción de medicamentos de la industria biotecnológica en Cuba. Foto: cortesía del CIGB.

Entre los proyectos más notables figuran la solución a la escasez de pipetas Pasteur —instrumento esencial en los estudios preclínicos del Departamento de Toxicología de la Dirección de Investigaciones Preclínicas (DIPEA)— y la recuperación del fermentador Sartorius BIOSTAT B Twin de cinco litros, gracias a la creación de un controlador de pH portátil.

Amado Silo Sáenz Álvarez, especialista en vidrio, diseñó una alternativa local para las pipetas Pasteur, utilizadas en la extracción de sangre a roedores mediante punción del seno retro orbital. 

"Al ser un recurso desechable y de importación, su ausencia ponía en riesgo la continuidad de los estudios. Con esta solución técnica, se logró sustituir la compra en el exterior y ahorrar divisas", explica.

Por su parte, José Gárciga Caballero desarrolló el controlador de pH que permitió recuperar el fermentador, cuyo reemplazo costaría cerca de 37 mil 900 euros. "Además, al ser portátil, puede utilizarse en otros equipos similares, lo que amplía su utilidad", señala.

Gracias al experimentado innovador José Gárciga, el centro dispone de un controlador de pH portátil. Foto: cortesía del CIGB.

El impulso creativo del CIGB no se detiene. Actualmente, se trabaja en la recuperación de una unidad enfriadora Hitachi (modelo RCU050SAZ), la instalación de paneles solares en cubierta y la optimización de la gestión energética. 

También se perfecciona el diseño de estudios toxicológicos en primates no humanos, con mejoras éticas, ahorro por no eutanasia y mayor eficacia investigativa.

La Condición 8 de Octubre reconoció, asimismo, la reparación capital de los servicios de la Comunidad Científica La Genética. Igualmente, se distinguieron de manera individual aniristas del CIGB y del Centro de Investigación y Desarrollo de Medicamentos (CIDEM).

En este contexto, la Federación de Mujeres Cubanas homenajeó a Roseli García Mesa por los resultados de su proyecto en la ANIR y a Tania de la Cruz Curbelo, quien recibió el Premio Relevante en la Comisión de Salud del evento nacional Mujeres creadoras.

El mantenimiento de tecnologías, la fabricación de piezas de repuesto y el desarrollo de nuevos equipos son parte del quehacer diario en este centro distintivo de la biotecnología cubana que en julio de 2026 celebrará sus 40 años de existencia, con la misma convicción de los tiempos fundacionales de contribuir al desarrollo socioeconómico de Cuba.

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