Foto del autor |
Por: Leonel José Pérez Peña
El tren, ha devenido el mejor aliado para la comunicación humana y el comercio; por sus rieles corren máquinas, planchas, tolvas, casillas, coches; es constante su ir y venir, para llevar y traer pasajeros y mercancías.
Es tan fabuloso este medio de transporte, que muchas veces, solo se habla de sus bondades y de la importancia que tiene para el desarrollo de la nación y muy pocas, se cuenta de la historia humana de los que trabajan para el tren y su imprescindible servicio de transportar mercancías. Es una historia interesante, de gente sencilla y abnegada, nacida de las entrañas del pueblo que alimenta una la larga lista de “héroes anónimos”.
La emisora COCO-CMCK El Periódico del Aire, hoy les propone un fragmento de la cotidianidad de los estibadores que con su fuerza muscular, cargan y descargan la canasta básica del pueblo. La historia es narrada por Yulexisis Varó Gutiérrez, jefe de turno del Centro de Carga y Descarga(CCD) de esas mercancías que recorren los rieles del ferrocarril de oriente a occidente, ubicado en La Habana Vieja y pertenecientes a Unidad Económica de Base (UEB) Ferrocarriles de La Habana.
“Como usted ve aquí el trabajo consiste en cargar y descargar casillas, a veces lo hacemos de un camión para la casilla y viceversa, esta es una mercancía nacional que va para el resto de las provincias o son recibidas desde otras partes del país para La Habana”.
Hay todo un protocolo de seguridad que se cumple cabalmente al entrar las casillas al CCD, y cuando este concluye, comienza la faena de seis estibadores, dos con una carretilla sobre una plancha hierro, dos en la casilla contenedora que ponen al alcance de los carretilleros los bultos que acomodan y luego tiran por su fuerza hasta la casilla de destino. Así una y otra vez hasta que concluye la jornada y comience la otra, formando días, meses y años de duro trabajo.
En verdad el trabajo es duro, desgasta físicamente a estos trabajadores que requieren de una dieta reforzada en cada jornada: “La alimentación ahora, por la compleja situación que atraviesa el país es pésima: la merienda ni el almuerzo se corresponde con el esfuerzo de cada uno de ellos. Ya no tenemos la asignación de los víveres para esa alimentación reforzada.
“Por gestiones de la Dirección de Logística se consigue arroz picadillo, pan y es lo que consumen, pero esa no es la alimentación que deben tener, cuando tienen que cargar 1200 sacos en una jornada”.
Hay otros problemas que pueden tener una solución y ahí están afectando la calidad de vida de los estibadores: no tienen agua fría en las agotadoras jornadas. En mucho tiempo y no se resuelve el problema, que por el orgullo del sentirse ferroviario, ellos mismo solucionan esa carencia para no afectar la distribución de la canasta básica y otras transportaciones de la economía interna, por esa razón ellos son los verdaderos héroes anónimos del tren.
En el siguiente audio escuche las declaraciones de Yulexisis Varó Gutiérrez, jefe de turno del CCD de La Habana Vieja.