La salud cubana, más luces que sombras (+ Post)

Es meritorio reconocer a quienes han asumido dos consultorios con el doble de ciudadanos a atender. Foto: de la autora.

Por: Lenay Barceló Soto

La Salud cubana es gratuita y universal, al alcance de cada cubano sin distinción de raza, credo o nivel social, mantenerla en medio de una cruenta crisis económica, agravada por un férreo cerco impuesto por el Gobierno estadounidense a Cuba, es sin duda uno de los retos principales de la máxima dirección del país.

Muchas veces hemos chocado con la falta de insumos médicos, de reactivos para laboratorio, de personal y otros aspectos que atentan contra la correcta prestación del servicio; pero es indudable la calidad humana y profesional de nuestros médicos y enfermeras.

No es secreto que cientos han dejado de ejercer, ya sea por causas personales, por haber emigrado o porque cambiaron de sector buscando mejoras desde lo salarial. Sin embargo, otros miles se han mantenido ofreciendo su servicio a la población, enfrentando todas las circunstancias adversas. 

Es meritorio reconocer a quienes han asumido dos consultorios con el doble de ciudadanos a atender y la multiplicación de personas vulnerables bajo su cuidado, como ancianos solos, embarazadas o recién nacidos, por mencionar algunos. 

Es cierto que este aumento de la carga de trabajo se les ha remunerado, a partir de las modificaciones que ha tenido, para bien, el sistema de pago de Salud Pública, según la Resolución 21 de 2023 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Aún así es insuficiente, teniendo en cuenta la ascendente inflación imperante en Cuba.

Queda en manos del pueblo agradecer y cuidar a nuestros profesionales del sector, sobre todo a los de la atención primaria que suben y bajan a diario en nuestros barrios y comunidades atendiendo enfermos o asistiendo a los vulnerables. 

También toca ser responsables con el cuidado de áreas públicas en los hospitales o centros especializados, donde accedemos a servicios de mayor complejidad, que cuestan a la Isla, aunque no a los ciudadanos.

La Salud cubana es gratis, pero su costo es bien alto, atendiendo a los precios internacionales de insumos básicos, medicamentos especializados, equipos de alta tecnología que se importan para mantener servicios en áreas como la Cardiología, Oncología, Nefrología u otros.

Es cierto que no es suficiente, pero sería imposible enumerar las importaciones y donaciones que llegan a la mayor de las Antillas para el sector semanalmente, gracias al esfuerzo del país y la ayuda de hermanos dispersos por el mundo, eso igualmente vale reconocimiento.

A nombre de los agradecidos, de los que vemos la luz y no las manchas del Sol, lleguen las gracias a todos los profesionales y trabajadores que contra viento y marea contribuyen a la preservación de la salud de los cubanos.

YER

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