Por: Liliam López Cruz
Naciones Unidas define a las familias como la unidad básica de la sociedad, responsable de la protección y educación, de brindar afecto, cuidado y seguridad para alcanzar niveles de convivencia sanos y felices, tanto al interior como al exterior de ella.
Por tanto, cada 15 de mayo, el Día Internacional de las Familias apela a crear conciencia sobre su papel fundamental en la educación de los hijos desde la primera infancia, y las oportunidades de aprendizaje permanente que existen para los niños las niñas, los adolescentes y los jóvenes.
Este año la ONU ha dedicado la fecha a sensibilizar sobre el impacto del cambio climático en las familias y el papel que estas pueden desempeñar en la acción por el clima, bajo las premisas de empoderarlas en la educación sobre mejores hábitos de consumo sostenibles desde temprana edad y la sensibilización, que pueden conducir la transición hacia una economía circular.
Por esta línea, se vuelve a resaltar el valor de las familias, desde donde los seres humanos logren integrarse de manera sana y completa en su medio, y donde se respeten las reglas y normas que rigen a la sociedad. De ahí, que su rol como eje de actividad social, demográfico y económico, ocupe un espacio en las agendas políticas y legales, adaptadas a las nuevas estructuras familiares poco tradicionales o convencionales tanto de mujeres y hombres.