Foto: Jit. |
Por Víctor Joaquín Ortega
Rafael Fortún y Miguelina Cobián recorrieron la pista de Santiago 2023. El esgrimista y tirador Jorge Agostini Villasana y el judoca cinta negra segundo Dan José Ramón Rodríguez López, combatientes por la libertad de la patria asesinados por la tiranía batistiana, no podían faltar.
El luchador libre José “Pini” Yánez recordó allí su batallar en México 1955, donde subió al peldaño de bronce en la división pluma, mientras que el ligero “Chocolatico” Pérez, con palabras y gestos rememoró sus jabs y upper conductores hacia la gloria en Sao Paulo 1963 (primer boxeador antillano coronado en el ring de la gran fiesta americana).
Ellos y miles más, con sus heroicidades en las etapas respectivas, fueron rescatados por la digna labor de la delegación cubana en el certamen albergado por Chile. La inmensa mayoría de sus integrantes no los van a dejar morir.
Dicha representación es también vencedora de diversos obstáculos: la ausencia del campo socialista, sin su solidaridad no hubiéramos llegado a ser una potencia en el ámbito; el bloqueo yanqui incrementado; el dardo envenenado del robo de músculos y errores propios como el culto al medallismo junto a un menor apoyo a la masividad, ya desde las clases de Educación Física decaídas en su eficiencia. Además, está quien confunde la maldad del profesionalismo que coloca el lucro por arriba de todo, con la justa y necesaria profesionalidad: rigor, entrega, dedicación superior en búsqueda del desarrollo, como en cualquier ámbito.
Queda bastante por realizar, pero las muchachas y los muchachos nuestros mostraron una luz preciosa más prometedora aún: vigorizaron la autoestima, la cultura, la combatividad y la unidad de sus compatriotas sin limitarse al sector, encabezados por la sangre nueva que ha sabido heredar la gloria atlética y pretende robustecerla.
Debemos alimentar aquella luz, sin abandonar la esencia: la formación de seres humanos mejores en el cuerpo y el alma. Lo conquistado en la gran cita americana actual está por encima de la quebradura de los pronósticos al finalizar en quinto lugar con 30 títulos, 22 preseas de plata y 17 de bronce.
En la lucha, el judo, el atletismo, el tenis de mesa…la refulgencia resultó mayor: el coraje a la misma altura de la adecuada utilización de la ciencia y la técnica, la táctica y la estrategia, menos presente en otras especialidades, aparte del débil trabajo de equipo en los deportes de conjunto.
No podemos quedarnos en los elogios a los competidores como suele suceder: carentes de la misión forjadora de los entrenadores, en lo atlético y en la vida, aquellos no serían lo que son.
Prohibido usar los laureles cual almohada porque nos quedaríamos por debajo del nivel al que podemos arribar. Ha sucedido. Es imprescindible evitar ser ganados por lo ardiente de la emoción o por la frialdad del estudio: el uso extremo en ambos quema. Volvamos a no pocas de las advertencias de Fidel acerca de la esfera adaptándolas a la actualidad, teniendo muy en cuenta lo reflexionado por él a partir de nuestro papel en Beijing 2008: “Nos hemos dormido sobre los laureles. Seamos honestos y reconozcámoslo todos. Revísenos cada disciplina, cada recurso humano y material que dedicamos al deporte. Debemos ser profundos en el análisis, aplicar nuevas ideas, conceptos y conocimientos”.
Las citadas opiniones caben perfectamente en cuanto al declive en recientes justas regionales multifacéticas y otros torneos. ¡Ay, los de la pelota…! Sería un error prodigar versos y narraciones épicas a lo alcanzado, si a la vez no hallamos las vías para, desde la resistencia, avanzar en medio de la carencia de aquel campo hermano y el cerco gringo recrudecido.
Fundamental: ser autocríticos y luchar por hallar “…nuevas ideas, conceptos y conocimientos…” y saber emplearlos.
Ellos y miles más, con sus heroicidades en las etapas respectivas, fueron rescatados por la digna labor de la delegación cubana en el certamen albergado por Chile. La inmensa mayoría de sus integrantes no los van a dejar morir.
Dicha representación es también vencedora de diversos obstáculos: la ausencia del campo socialista, sin su solidaridad no hubiéramos llegado a ser una potencia en el ámbito; el bloqueo yanqui incrementado; el dardo envenenado del robo de músculos y errores propios como el culto al medallismo junto a un menor apoyo a la masividad, ya desde las clases de Educación Física decaídas en su eficiencia. Además, está quien confunde la maldad del profesionalismo que coloca el lucro por arriba de todo, con la justa y necesaria profesionalidad: rigor, entrega, dedicación superior en búsqueda del desarrollo, como en cualquier ámbito.
Queda bastante por realizar, pero las muchachas y los muchachos nuestros mostraron una luz preciosa más prometedora aún: vigorizaron la autoestima, la cultura, la combatividad y la unidad de sus compatriotas sin limitarse al sector, encabezados por la sangre nueva que ha sabido heredar la gloria atlética y pretende robustecerla.
Debemos alimentar aquella luz, sin abandonar la esencia: la formación de seres humanos mejores en el cuerpo y el alma. Lo conquistado en la gran cita americana actual está por encima de la quebradura de los pronósticos al finalizar en quinto lugar con 30 títulos, 22 preseas de plata y 17 de bronce.
En la lucha, el judo, el atletismo, el tenis de mesa…la refulgencia resultó mayor: el coraje a la misma altura de la adecuada utilización de la ciencia y la técnica, la táctica y la estrategia, menos presente en otras especialidades, aparte del débil trabajo de equipo en los deportes de conjunto.
No podemos quedarnos en los elogios a los competidores como suele suceder: carentes de la misión forjadora de los entrenadores, en lo atlético y en la vida, aquellos no serían lo que son.
Prohibido usar los laureles cual almohada porque nos quedaríamos por debajo del nivel al que podemos arribar. Ha sucedido. Es imprescindible evitar ser ganados por lo ardiente de la emoción o por la frialdad del estudio: el uso extremo en ambos quema. Volvamos a no pocas de las advertencias de Fidel acerca de la esfera adaptándolas a la actualidad, teniendo muy en cuenta lo reflexionado por él a partir de nuestro papel en Beijing 2008: “Nos hemos dormido sobre los laureles. Seamos honestos y reconozcámoslo todos. Revísenos cada disciplina, cada recurso humano y material que dedicamos al deporte. Debemos ser profundos en el análisis, aplicar nuevas ideas, conceptos y conocimientos”.
Las citadas opiniones caben perfectamente en cuanto al declive en recientes justas regionales multifacéticas y otros torneos. ¡Ay, los de la pelota…! Sería un error prodigar versos y narraciones épicas a lo alcanzado, si a la vez no hallamos las vías para, desde la resistencia, avanzar en medio de la carencia de aquel campo hermano y el cerco gringo recrudecido.
Fundamental: ser autocríticos y luchar por hallar “…nuevas ideas, conceptos y conocimientos…” y saber emplearlos.
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santiago de chile 2023