Historias panamericanas: Fortún, rey entre velocistas de élite

Fortún cuando ganó los 200 metros en  los Juegos Panamericanos de Buenos Aires 1951. Foto: Olympics.

Por Víctor Joaquín Ortega


Buenos Aires, 1951. En los I Juegos Panamericanos inician los 100 metros planos. El camagüeyano Rafael Fortún, el estadounidense Arthur Bragg y el jamaicano Herb McKenley van delante. ¡El cubano pasó primero la meta! El tres veces rey de la prueba en los centrocaribes agregó a sus lauros esta importante victoria con tiempo de 10.6 segundos.

El norteamericano tuvo que aceptar la presea de plata con el mismo tiempo que el cubano, mientras que Herb no pasó del bronce con sus 11 segundos exactos. Y pensar que algunos sembraron dudas sobre el vencedor debido a la edad del nacido en Camagüey.

Hacia los 200 metros. El mismo trío lleva la voz cantante. Segunda dorada para el cubano. Ha doblegado a dos corredores de alta calidad, uno de ellos una gloria de la pista.

Siempre debe tenerse en cuenta contra quién se compitió para valorar de verdad lo realizado. McKenley: plata en la prueba reina de los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952 con 10.4 segundos, solo superado por el estadounidense Lindy Remigino con igual resultado. Subtítulo en los 400 de esa magna cita, vencido únicamente por su compatriota Arthur Wint 46.2 por 46.4, quienes dejaron en tercero al gran Malvin Whitfield: 46.6. Repitió el segundo puesto en la vuelta a la pista en Helsinki 1952 con 45.9, lo mismo que el triunfador, su coterráneo George Rodhen.

Por fin un galardón máximo: en el relevo 4x400 de dicha justa: Wint, Leslie Lang, McKenley y Rhoden, En aquella batalla Herb (nacido en 1922) fue el héroe, en carrera donde quebraron el récord mundial con 3:03.9 minutos. Por todos esos logros, el jamaicano rival de Fortún fue exaltado post morten al Salón de la Fama de la Confederación Centroamericana y del Caribe de Atletismo, el 27 de noviembre de 2003.

Volvamos a Fortún que, como vimos, se codeaba y hasta vencía a grandes figuras del deporte del planeta. Amén de sus dos alegrías principales, ascendió al podio plateado de la primera gran fiesta continental en el relevo corto (4x100) junto a Jesús Farrés, Ángel García y Raúl Mazorra, por detrás solo de Estados Unidos: Donald: Campbell, Richard Attlesey, John Voigth y Bragg, quienes estamparon 41 segundos por 41.2 de los caribeños.

Fortún encabezó la digna labor cubana en los I Juegos Panamericanos, delegación golpeada por tantos obstáculos materiales y espirituales: tercer puesto del medallero: 28 (9-9-10), a la escolta de Argentina y Estados Unidos con 68-47-39 y 46-33-19.

A su retorno al país, el bólido camagüeyano, entonces residente en La Habana, recibió una sorpresa: lo dejaron cesante de su puesto como listero o aguador en el Ministerio de Obras Públicas.

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente