Foto: Archivo.
Por: Víctor Joaquín Ortega
Te veo joven. Llegas al deporte rey con los sueños en alto. Serás velocista. Te entregas plena a los entrenamientos y las competencias. Conviertes en realidad una reflexión nunca obsoleta: soñar no es un crimen si después vienen los hechos.
El panorama del país ha cambiado positivamente, aunque quedan rezagos, hay mucho que transformar y edificar en lo material y en lo más difícil: las almas. No se puede bajar la guardia y luchas más allá de la pista. Te preparas también para la nueva la vida. Los obstáculos suelen aparecer. Debemos derrotarlos y prevenirlos. Comienzan a aparecer los frutos de tu quehacer y la guía de los entrenadores.
Llegan los eventos internacionales. El 4x100 metros en los centrocaribes de San Juan 1966. Eres tercera en la lucha del cambio de testigo. Inició Irene Martínez, la siguió Cristina Echevarría, ya está en tus manos el batón: ciclón eres y lo entregas al mayor huracán nuestro: Miguelina Cobián Conquistaron la de plata con 46.5 segundos.
Agregan la presea moral al formar parte de la Delegación de la Dignidad, vencedora de las artimañas yanquis para evitar la presencia de Cuba en el certamen. Cuatro años más tarde: obtienes el subtítulo de los 100 metros en Panamá 1970, Miguelina únicamente por encima 11.4 por 11.6 segundos. En 200 el bronce es tuyo con 24.3. Vuelves a ser la tercera del conjunto de relevo, que ahora se impone con 44.7.
Hacia los Panamericanos me voy. Tres subtítulos en el relevo: Sao Paulo 1963, Cali 1971 y Ciudad de México 1975. En la cita colombiana entras segunda en la media vuelta a la pista con 23.7 segundos.
Juegos Olímpicos. Dos preseas, plata en la lid del cambio de batón en Ciudad de México 1968 unida a Marlene Elejalde, Violeta Quesada y Miguelina, superadas por las formidables Bárbara Farrell, Margarita Balles, MIldrette Netter y Wyomia Tyus 42. 88 por 43.88. En el tercer lugar de Múnich 1972 unida a la Elejalde, Carmen Laura Valdés y Silvia Chivás con 43.36.
Competiste dignamente con grandes estrellas del atletismo. Por encima de la gloria personal lo hacías por el placer de correr y de batallar por la victoria. La gloria la dedicabas a Cuba, a América Latina, a la sangre de tus ascendientes africanos vibrando en tus venas y ese color que embellece tu piel.
Escribir sobre ti, compartir contigo en varias ocasiones, me han hecho feliz. Muchacha de Lawton, con tanta historia linda, a mí solo me queda contarla.
El panorama del país ha cambiado positivamente, aunque quedan rezagos, hay mucho que transformar y edificar en lo material y en lo más difícil: las almas. No se puede bajar la guardia y luchas más allá de la pista. Te preparas también para la nueva la vida. Los obstáculos suelen aparecer. Debemos derrotarlos y prevenirlos. Comienzan a aparecer los frutos de tu quehacer y la guía de los entrenadores.
Llegan los eventos internacionales. El 4x100 metros en los centrocaribes de San Juan 1966. Eres tercera en la lucha del cambio de testigo. Inició Irene Martínez, la siguió Cristina Echevarría, ya está en tus manos el batón: ciclón eres y lo entregas al mayor huracán nuestro: Miguelina Cobián Conquistaron la de plata con 46.5 segundos.
Agregan la presea moral al formar parte de la Delegación de la Dignidad, vencedora de las artimañas yanquis para evitar la presencia de Cuba en el certamen. Cuatro años más tarde: obtienes el subtítulo de los 100 metros en Panamá 1970, Miguelina únicamente por encima 11.4 por 11.6 segundos. En 200 el bronce es tuyo con 24.3. Vuelves a ser la tercera del conjunto de relevo, que ahora se impone con 44.7.
Hacia los Panamericanos me voy. Tres subtítulos en el relevo: Sao Paulo 1963, Cali 1971 y Ciudad de México 1975. En la cita colombiana entras segunda en la media vuelta a la pista con 23.7 segundos.
Romay (primera de izquierda a derecha), junto a Marlene Elejalde, Violeta Quesada y Miguelina Cobián en México 1968, donde obtuvieron plata en el relevo 4x100 metros. Foto: Vanguardia.cu. |
Juegos Olímpicos. Dos preseas, plata en la lid del cambio de batón en Ciudad de México 1968 unida a Marlene Elejalde, Violeta Quesada y Miguelina, superadas por las formidables Bárbara Farrell, Margarita Balles, MIldrette Netter y Wyomia Tyus 42. 88 por 43.88. En el tercer lugar de Múnich 1972 unida a la Elejalde, Carmen Laura Valdés y Silvia Chivás con 43.36.
Competiste dignamente con grandes estrellas del atletismo. Por encima de la gloria personal lo hacías por el placer de correr y de batallar por la victoria. La gloria la dedicabas a Cuba, a América Latina, a la sangre de tus ascendientes africanos vibrando en tus venas y ese color que embellece tu piel.
Escribir sobre ti, compartir contigo en varias ocasiones, me han hecho feliz. Muchacha de Lawton, con tanta historia linda, a mí solo me queda contarla.
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