¿Cómo lucimos en Budapest 2023?: análisis pausado tras la emoción

Foto: RPCTV.

Por: Víctor Joaquín Ortega


No hay que asombrarse: nuestro mal desempeño en el mundial de Budapest 2023 demuestra el nivel que actualmente poseemos en el atletismo: ocupamos el puesto 25. Pero hubo quienes se abrazaron a la emoción y la alharaca sin ir al análisis —con tanto de chovinismo— en relación con lo que realizamos en la más reciente cita centrocaribeña.

Recordé las críticas de Ernesto Che Guevara en situaciones como estas, aun en trincheras más importantes, porque nos “…llega más la apología de un sistema que el análisis científico de él. Esto no nos ayuda en el trabajo de esclarecimiento y todo nuestro esfuerzo está destinado a invitar a pensar, a abordar el marxismo con la seriedad que esta doctrina merece” (26 de febrero de 1964).

Antes había expresado: “Eso demuestra nada más la falta total de hábito de análisis que existe” (12 de octubre de 1963). Dichos criterios se encuentran en el libro Apuntes críticos a la economía política, del Centro de Estudios Che Guevara, con el apoyo de Ocean Press (2005), reeditado por la Editorial Ciencias Sociales, en 2012.

Volvamos a las lides de músculo. Por desgracia no es el único terreno donde se manifiesta esta tendencia: el uso de la emoción, de una especie de poesía, cual cortina y no el estudio de lo ocurrido.

Ocultar realidades, aunque laceren, es mentir y no nos prepara para encontrar las vías vencedoras los obstáculos. ¿Cuáles serían nuestros resultados en el atletismo de los Juegos Centroamericanos más recientes de haber asistido los mejores de Jamaica? Voy con otro torneo: el valioso título de Yarisleidis Cirilo en el mundial de canotaje no puede esconder el débil resultado allí de los representantes de la Mayor de las Antillas.

Retorno a la justa del campo y la pista. No utilicemos la palabra discreto, otro escondrijo acostumbrado para calificar un desenlace negativo: la delegación cubana tuvo una pésima actuación en la justa escenificada en Hungría. El mundo ha avanzado, el área latinoamericana no se queda fuera y hemos retrocedido. Y no solo en la disciplina citada.

Las grandes causas del descenso: las terribles heridas del bloqueo incrementado, la dentellada del desmerengamiento del campo socialista; sin su apoyo no hubiéramos llegado a donde llegamos. Hay más.

Debemos agregar las fallas propias. Han sido bastantes. Desde hace mucho tiempo, sin esquivar la etapa más reciente ni el estado de otras disciplinas, las equivocaciones han mordido y desde arriba al atletismo nuestro. Incluso el trato a los deportistas y entrenadores no ha se ha salvado de injusticias. Hasta las glorias han sido golpeadas tras el retiro, en lo espiritual y lo material.

En la página asignada al sector en Trabajadores y las entrevistas efectuadas para la televisión por Aurelio prieto Alemán y Carlos Hernández Luján en la televisión cubana hay claras muestras de ello. Y van más allá de la mencionada especialidad.

Fidel Castro había advertido en diversas épocas el peligro del culto al campeonismo, al medallismo, del olvido a la masividad y al rol esencial de la cultura física, de la que no está exenta su parte competitiva: formar seres humanos superiores en alma y físico.

Cuando la baja en la magna cita de Beijín 2008 reflexionó sobre el asunto: “…nos hemos dormido sobre los laureles. Seamos honestos y reconozcámoslo todos. Revisemos cada disciplina, cada recurso humano y material que dedicamos al deporte. Debemos ser profundos en el análisis, aplicar nuevas ideas, conceptos y conocimientos”.

Opiniones vigentes a pesar del salto del 28 lugar en el medallero al 18, cuando se descubrió el dopaje en 2017 de la aparente triunfadora en el martillo, la bielorrusa Miankova y el lógico ascenso de Yipsi Moreno de su sitio de plata al galardón dorado.

No debe negarse el daño del dogmatismo, al no observar el deporte como lo que significa y es, queriendo hacer funcionar las alas en un mundo a la deriva, quitando los pies de la tierra, en un exceso de amateurismo. Claro, no confundamos el profesionalismo (la búsqueda del lucro) con la profesionalidad, que es rigor, entrega y especialización. A mis conceptos sobre este aspecto dedicaré un próximo texto.

Todavía para no pocos a quienes corresponde dirigir las transformaciones, los laureles ——pese al descenso— les sirven como almohada y no han sido profundos en el análisis. Este llamado del Comandante en Jefe está pendiente de ser acogido como merece.

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