Fidel a nuestro lado: en la defensa del orden interior

Fidel Castro. Foto tomada del sitio web del Periódico Escambray.

Por: Redacción Digital

El 6 de junio de 1961 quedó constituido en Cuba el Ministerio del Interior. En ocasión de cumplirse sus primeros 15 años de trabajo, Fidel Castro reflexionó en torno a sus metas, objetivos y responsabilidades.

A 47 años de ese histórico discurso, Fidel continúa a nuestro lado:

Fragmentos del Discurso pronunciado por Fidel Castro Ruz en el acto central conmemorativo del XV Aniversario del Ministerio del Interior, celebrado en el Teatro "Karl Marx", de La Habana, el 6 de junio de 1976.

Antes de la Revolución costó trabajo demostrar que un ejército mercenario podía ser destruido por el pueblo.

A nadie se le ocurría alzarse en ninguna parte. La Revolución se hizo mediante la lucha armada, mediante la guerra irregular frente al régimen opresor y tiránico, frente al régimen explotador; pero después de eso, muchos creían que con los mismos mecanismos y con las mismas armas podía combatirse a una Revolución. Por eso costó también mucho trabajo demostrar que una Revolución era indestructible (APLAUSOS).

En los primeros años después del triunfo era posible hacer creer a algunos incautos, ingenuos o estúpidos, que la Revolución podría ser destruida mediante la lucha irregular, mediante la lucha guerrillera, con una diferencia: que mientras los revolucionarios teníamos que obtener las armas arrebatándoselas al enemigo y que nadie nos mandaba armas, los contrarrevolucionarios recibían de Estados Unidos constantemente las armas más sofisticadas. Y constituyó una lucha dura demostrar que contra el pueblo ninguna contrarrevolución tendría éxito.

Hoy día, a nadie se le ocurre alzarse en una montaña contra la Revolución, a no ser que esté loco (RISAS). Pero si está loco, con toda seguridad llega primero al hospital Psiquiátrico.

Es decir, fue necesario destruir un mito primero; de que el régimen capitalista era indestructible, de que las Fuerzas Armadas del régimen capitalista eran invencibles. Y ese mito fue destruido. Y después se hizo necesario destruir otro mito; el mito de que podía haber una contrarrevolución victoriosa frente al pueblo.

En los primeros años, el país se consagró esencialmente a esta lucha, y esta lucha está indisolublemente unida a la historia del Ministerio del Interior (APLAUSOS).

Hoy, la contrarrevolución ha disminuido extraordinariamente; hoy, a la lucha frente al enemigo contrarrevolucionario se dedica una porción infinitamente más pequeña de la energía de nuestro pueblo y de nuestra Revolución. Quedan contrarrevolucionarios, pero cada vez menos. Realizan algunas actividades en el interior de nuestro país, pero cada vez menos.

Hoy, la contrarrevolución se manifiesta en el exterior, de toda aquella gusanera que un día soñó con destruir a la Revolución quedan todavía algunos rezagos. Porque si decimos la verdad, la mayor parte de aquellos que un día cometieron el crimen y la traición de abandonar su patria, hoy ya no tienen esperanzas de aplastar a la Revolución; pero quedan los profesionales del crimen, los profesionales de la subversión, los alumnos más aventajados de la CIA, que todavía realizan actividades contrarrevolucionarias, principalmente en el exterior del país. Esos son los que cometen atentados dinamiteros contra nuestras embajadas, los que pretenden asesinar a nuestros funcionarios diplomáticos.

Esa lucha, desde luego, será larga, porque esos elementos viven de eso. Si un día no se dedicaran a eso, morirían de hambre.

(…)

Esta ha sido una lucha larga, y de muchos años; lucha para defender la Revolución, lucha para garantizar la seguridad y los intereses del Estado cubano, en la cual los combatientes del Ministerio del Interior han tenido su papel más destacado y heroico.

Pero las funciones del Ministerio del Interior no se concretaron solo a la tarea de defender a la Revolución frente a sus enemigos, ni fue solo heroico en ese terreno el papel del Ministerio del Interior, sino que sus funciones fueron mucho más amplias, y desarrollaron tareas de extraordinario interés para nuestra sociedad revolucionaria en muchos otros campos.

En la defensa del orden interior, el ministerio ha realizado un trabajo también extraordinario. Por ejemplo, la lucha contra el delito, la lucha contra la delincuencia. En la medida en que cada vez existan menos actividades contrarrevolucionarias, la lucha contra el delito común adquiere una importancia cada vez mayor. Y si al principio de la Revolución estas actividades se diferenciaban —el delito común y la actividad contrarrevolucionaria—, la tendencia en la actualidad es que estas actividades se confundan cada vez más, hasta el extremo en que llega un momento en que apenas es posible distinguir entre el delincuente contrarrevolucionario y el delincuente común, porque muchos de los individuos que en alguna ocasión realizan alguna actividad contrarrevolucionaria han realizado antes fechorías de carácter común.

Versiones Taquigráficas - Consejo de Estado

Tomado de: Sitio web Fidel Soldado de las Ideas

YER 

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