¡Madres: gracias por darnos nuestros mejores sueños!

No hay día específico para retribuir amor y cariño materno. Foto: Minrex

Por: Elena Iglesias Cuesta

El mes de mayo trae diversas expectativas: con él llegan las lluvias, las flores, y una de las fechas más especiales de nuestro calendario: el esperado Día de las Madres. 

Es un momento especial, no solo para correr tras regalos y postales, sino también para abrazar, o para sostener la mano que antes fue sostén: decir te quiero, decir gracias, eres única o siempre seré el hijo/hija que tanto te ama.

Es un espacio dedicado a reconocer la familia, y la mujer con quien formamos un solo ser, desde siempre. La persona que conduce nuestros pasos por la vida hasta que el tiempo lo disponga.

Realmente no hay día específico para retribuir amor y cariño maternos, pero con la tradición, se ha impuesto el segundo domingo de mayo en calendarios de muchas naciones. Una fiesta para compartir en todos los hogares y una oportunidad de ser familia en todos los idiomas. 

Son las madres un ejemplo de sacrificio, pasión, consagración, desinterés, amor sin precios ni atadura. Con satisfacción las vemos desenvolverse en diferentes tareas y llevar a cabo a sus hijos e hijas de la mano, sin que mermen la atención ni su desvelo. Puede ser lo mismo obrera destacada que maestra, doctora u oficial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. 

Puede ser la que ha engendrado o la que no: la tía, la hermana, la cuñada, la vecina: aquella que ejerce con mimos la maternidad espiritual; ya que ser madre es un oficio de entrega infinita y, para serlo, basta solo amar y dar al hijo o hija medios propios para abrirse paso por la vida y, luego, hacer el bien. Otra manera de entender que existen sueños, y los sueños, se construyen, se atesoran y se heredan.

AMC

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