Por Víctor Joaquín Ortega
Sibelis Veranes, si te hubiera olvidado sería un ingrato. Son tantas las alegrías que nos diste. Verte con el kimono puesto y ser testigo de tu decisión de combatir eran de un atractivo tremendo. Todavía tengo presente la ocasión en que, al calor de la batalla, la rival te hizo del pelo un remolino sin conseguir marcarte algo.
Luego, mientras te
levantabas, observé la fiereza de tu
mirada. Recordé el cuento de Kid Chocolate cuando le pasó algo parecido, y le
dio después una paliza al contrincante que lo mandó hasta el hospital. Y tú, el
disgusto lo convertiste en ¡ipponazo…!
Desde pequeña en estos lances, ganabas cada día técnica, fortaleza y resistencia mayores. ¿El coraje? De igual altura. Conozco que naciste el 5 de febrero de 1974 en Santiago de Cuba, pero naciste de verdad el 23 de septiembre del año 2000 en los Juegos Olímpicos de Sydney al coronarte en la división semicompleta.
Es cierto que nos habías acostumbrado a verte
en el podio de diversos certámenes nacionales e internacionales: dos veces as mundial: en 1998 y 1999, oro en
el Centrocaribe de Maracaibo 1998 y en la magna cita panamericana de
Winnipeg 1999. Pero una Olimpiada es…una Olimpiada.
En la XXVII gran fiesta coubertiana
tuviste que enfrentar a duras oponentes. Confiabas en ti. Tus seguidores
también. Vamos a recordar cómo fueron los combates. El primer escollo: Ivvone
Wanzart, una alemana potente. Por ippón la derrotaste. El turno para la estadounidense
Sandra Bacher: por yukazo y se acabó
todo para ella.
Frente a la británica Kate Howey. No es un pastelito de coco. Te empleaste a fondo. Esa muchacha había sido tercera en Barcelona 1992. Podía desbaratar tus sueños… ¡Ni hablar!
El ensueño de ella fue
el que fue abajo. ¡Divino wazaari, cará...!
Y entonces: ¡Sibelis Veranes Morell, campeona olímpica de la división de los 70
kilogramos en Sydney 2000! Suena bien, !eh! Y hay que agregarle que estás entre
los 100 mejores deportistas cubanos del siglo XX. ¿Cómo iba a olvidarte?