Elevar exigencias y resultados, premisa del Programa Materno Infantil en La Habana

La participación de cada uno de los factores de la comunidad en esta tarea impactarán positivamente en la salud de los recién nacidos y sus madres. Foto tomada del sitio web de Radio Progreso

Por: David Hidalgo Illarramendi

El Programa Materno Infantil (PAMI) en La Habana no reflejó los resultados esperados el pasado año, a partir del incumplimiento de los objetivos propuestos.

En ese sentido, para una tasa de 9.57 por cada mil nacidos vivos, se alcanzó un índice de 6,79 debido a los 993 recién nacidos bajo peso.

Las causas de los resultados de este programa se encuentran relacionadas al incremento de las condiciones sociales desfavorables, el aumento de enfermedades crónicas asociadas al embarazo, enfermedades de transmisión sexual, así como la prematuridad.

De igual forma, los estados nutricionales desfavorables tienen gran influencia en el peso de las embarazadas y de los recién nacidos. 

A esto le sumamos el déficit de insumos médicos, medicamentos y otros materiales imprescindibles para el cuidado de las gestantes y las dificultades existentes con el completamiento y competencia del recurso humano especializado en la atención prenatal, neonatal y pediátrico.

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Por otra parte, los sistemas de trabajo de atención al PAMI se vieron desarticulados en los tiempos de pandemia de COVID-19.

Todos estos problemas indican que deben revisarse los sistemas de trabajo a nivel de área de salud, municipio, hospitales y provincia. Entonces, ¿qué medidas se deberían tomar y qué iniciativas se podrían implementar en aras de revertir la situación del PAMI en la capital cubana?

En tal sentido, las principales acciones a desarrollar deben estar dirigidas a fortalecer el intercambio permanente con el personal médico, intensificar y sistematizar la atención a embarazadas en situaciones sociales desfavorables mediante la labor conjunta del médico de la familia, los hogares maternos y los trabajadores sociales y estudiantes de Ciencias Médicas y, de ese modo, reforzar la intersectorialidad.

También es necesario aprovechar los espacios que ofrecen las escuelas, las redes sociales y los medios de comunicación para promover entre los jóvenes y adolescentes el uso de los diferentes métodos anticonceptivos, con el fin de prevenir los embarazos prematuros y las enfermedades de transmisión sexual.

El fortalecimiento de la Atención Primaria de Salud y la participación de todos los factores comunitarios en esta tarea impactarán positivamente en la salud de los recién nacidos y sus madres.

De esta manera, es necesario elevar la exigencia a todos los niveles, con el objetivo de alcanzar mejores logros en el PAMI durante el transcurso del presente 2023.

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