FEU y combate en José Antonio Echeverría

José Antonio Echeverría. Fotos: Agencia Cubana de Noticias. 

Por: Redacción Digital

El primero de octubre de 1954 el líder José Antonio Echeverría Bianchi asumió la presidencia de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), en la cual venía cumpliendo tareas de dirección como militante activo del movimiento revolucionario que animaba aulas y claustros en la ya histórica casa de la enseñanza superior de La Habana.

Matriculado en la carrera de Arquitectura y procedente de la ciudad de Cárdenas, el joven había tomado el mando de una organización fundada en 1922 nada menos que por el connotado combatiente comunista y antiimperialista Julio Antonio Mella, asesinado en 1929 bajo órdenes del tirano Gerardo Machado.

El carismático Manzanita -así lo llamaban sus amigos- demostró que la FEU, dirigida por él hasta 1957 (año de su asesinato durante la acción revolucionaria del 13 de marzo) y el combate que libró en su corta vida, probaron su valía de patriota entero, valiente y consecuente, además de ser digno relevo de sus antecesores.

Por esas razones durante su mandato fue el jefe indiscutible de la organización y del Directorio Estudiantil Revolucionario que creó como brazo armado de esta.

Visto a través de la memoria, el Gordo fue un chiquillo alegre y muy inteligente, nacido en la referida localidad de Matanzas el 16 de julio de 1932. En esa urbe residió durante sus primeros años, y allí cursó estudios primarios y secundarios hasta licenciarse como Bachiller a mediados de 1950.

Su entrada en la llamada Alma Mater capitalina se produjo ese mismo año y al elegir la carrera de Arquitectura tuvo en cuenta su afición por las matemáticas y el dibujo, manifiestas desde la infancia.


Hay que añadir que durante su niñez se había fogueado en la disciplina, un alto sentido del deber, educación cívica y con retos impuestos por él mismo, a pesar de padecer asma y de que disfrutó una vida confortable, asegurada por sus padres. No tenía el biotipo idóneo, y sin embargo se le vio competir en remo, natación y baloncesto en juegos escolares. Su tenacidad se hacía notar.

En consecuencia, al llegar a la Universidad pareció natural su rápida elección en el cargo de delegado de asignaturas y de curso. También fue creativo y fundó el Grupo Arquitectónico de Renovación Estudiantil (GARE), con sus compañeros de avanzada.

La actividad constante, la entrega a las causas justas y convicciones políticas en maduración ascendente lo caracterizaban y por ello ocupó la secretaría general primero, luego la vicepresidencia y la presidencia de la Asociación de Alumnos de su carrera hasta alcanzar, posteriormente, la presidencia nacional de la FEU.

Cuando ocurrió el golpe de Estado que el 10 de marzo de 1952 instauró ilegalmente en el poder al dictador Fulgencio Batista, él pasaba unos días en su ciudad natal. Sin embargo, regresó con presteza a La Habana y se integró a las protestas estudiantiles por el cuartelazo.


A partir de ese momento se apreció una aceleración de su madurez como dirigente de base estudiantil, y a reconocer el papel de la lucha armada como única vía para conseguir la liberación de Cuba y la consecución de la justicia.

En su pensamiento comenzó a concebir la necesidad de movilizar a todo el pueblo cubano, en un momento dado, más allá de sectores determinados, para alcanzar el supremo objetivo libertario. Eso era lo que intentaba hacer el fatídico 13 de marzo de 1957.

Antes, durante su mandato al frente de la Federación organizó incontables manifestaciones de reclamo y protesta y dio tareas y acciones concretas al Directorio Revolucionario.

Un trascendental simbolismo político tuvo la firma, en 1956, junto al líder del Movimiento 26 de Julio, Fidel Castro, de la histórica Carta revolucionaria emitida desde la Ciudad de México, donde se preparaba la expedición del yate Granma. El documento patentizaba la unidad, apoyo y coincidencia de ambas organizaciones en la lucha contra la dictadura.

Evocar a José Antonio desde el momento de su elección como titular de la referida organización universitaria, obliga a catalogar el suceso y la fecha como sobresalientes. En el ejercicio del cargo el joven líder fortaleció aún más el combate contra los desmanes de Batista y promovió la solidaridad con pueblos de Latinoamérica, aquejados por profundos males económicos y sociales.


demás, los predios universitarios ganaron con la promoción dada por él a las actividades culturales, con la celebración de la Semana Sinfónica Universitaria y exposiciones de importantes artistas de la plástica, entre otras, como el desagravio al Ballet Alicia Alonso.

En 1955 pronunció un vibrante discurso en la emisora Radio Ciudad Bandera, de Cárdenas, un pronunciamiento muy connotado pues se oponía al Proyecto del canal Vía-Cuba, que pretendía dividir a la Isla en dos, mediante una separación marítima. Promovido por Batista, aseguraba grandes ganancias a empresarios foráneos.

Tampoco vaciló a la hora de plasmar su solidaridad con pueblos hermanos. Ello lo demostró cuando junto a Fructuoso Rodríguez, héroe estudiantil ultimado después por la tiranía, y otros jóvenes combatientes, viajó a Costa Rica para combatir el golpe y la invasión mercenaria de Anastasio Somoza a ese país. Al ser detenidos, deben regresar a Cuba.

Por eso es siempre noble, en días como hoy, volver al imborrable recuerdo del enérgico y valiente Manzanita, al frente de una FEU combativa y fiel a su herencia revolucionaria. Ello alivia el dolor por su pérdida temprana. Más que recordarlo, también es preciso continuar con su obra de libertad y justicia.

Tomado de: Agencia Cubana de Noticias

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