Carlos Manuel de Céspedes ante la Historia de Cuba

 

Ilustración: Radio COCO

Por: Isabel Calvo

El 10 de octubre de 1868, al darle la libertad a sus esclavos, convocarlos a la lucha por la independencia contra la metrópoli española e integrarlos a todos ―por encima de diferencias sociales y raciales― en el dulce vocablo cubanos, Carlos Manuel de Céspedes escribía uno de los capítulos más importantes de la Historia de Cuba.

Al decir del Héroe Nacional Jose Martí, quien sintió una profunda admiración hacia el iniciador de nuestras contiendas independentistas, aquel  siempre andaba de prisa, con el único fin de acabar con el colonialismo español, por lo que en un momento que le dijeron que su cargo debía ser Capitán General, lo aceptó, a pesar del profundo rechazo a ese título impuesto por el enemigo.

"Céspedes era de carácter irascible y genio tempestupso (…) sacrificó su carácter, lo que nadie sacrifica, en pos de ver libre e independiente a su amada Cuba", escribió el Apóstol.

La honestidad y preclara visión estratégica del primer Presidente de La República de Cuba en Armas traería como consecuencia que sus criterios  y  concepciones le ganarán la desaprobación de la Cámara de Representantes, órgano civil con poder de decisión en las cuestiones bélicas.

En ese aspecto, Martí enfatizó que la Cámara elaboraba leyes de Educación y de Agricultura, cuando la única tinta era la sangre que anegaba en los campos convertidos en escenario combativo, y entonces el presidente le  aplicaba su derecho al veto.

Al ser cuestionado por  ello respondía con nítida y certera mirada hacia el futuro:

"Yo no estoy ante la Cámara, estoy ante la Historia de Cuba" .

Cuando las fuerzas españolas pretendieron presionarlo con el  peligro para la vida de su hijo Oscar  respondió energicamente: "Yo soy el Padre de todos los cubanos", y sellaba así su permanencia en la historia, por los siglos de los siglos.

 

LLHM

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