El 22 de septiembre de 2007 Marcel Marceu se despidió del mundo como héroe universal del silencio. Foto: El País |
Por: Sender Escobar
Inventó decenas de gestos con sus manos, Bip su personaje icónico, según el propio Marceu era un Quijote moderno. Sin necesidad alguna de mencionar ni el más leve susurro Marcel Marceau hizo del silencio una metáfora única en tiempos donde casi todo tenía sonido.
Pero detrás del maquillaje del icónico mimo, el dolor también fue uno de los rostros que conoció de cerca por su origen judío. Cuando el nazismo extendió el horror de su ideología por toda Europa, la familia del Marcel fue de una de las víctimas de la eugenesia fascista. Su padre estuvo entre los seis millones de personas que llegaron a Auschwitz para no volver.
Para escapar de un destino parecido, el joven Marcel cambió su identidad y se integró a la resistencia de su país en la Francia ocupada. No fueron las armas lo que decidió tomar para combatir, si no las vidas de cientos de niños judíos lo más importante para el futuro artista.
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La frontera con Suiza era la única vía de escape para salvarlos de una muerte asegurada. Pero el miedo podía hacer de cada escapatoria un plan fallido. Marcel ideó entonces un juego mediante el silencio con los niños, quienes en fila avanzaban con él hacia la libertad, como si todo fuese un divertimiento, sin conocer el peligro a escasa distancia.
Al finalizar la guerra Marcel inspirado en Charles Chaplin, pudo enfocar todo su talento en ciernes en el perfeccionamiento de su arte que lo convertiría en un ícono de la cultura, con la creación de Bip.
Bip fue el viajero incesante por ciudades del mundo, quien en la inmediatez de un gesto podía imitar un concierto de violín, hacer volar y cazar mariposas solo con sus manos, cargar maletas pesadas e invisibles o avanzar en contra de un viento como un esfuerzo supremo. Bip hizo del arte del mimo que todas las palabras e ideas fueran posibles, sin tener al sonido de acompañante.
Solo una vez quebró la liturgia de su personaje de no decir palabra alguna. Sería en el filme silente de 1976: La última locura de Mel Brooks, ante una llamada telefónica se niega a una petición de actuar en una película (en la misma que aparecía) y enfáticamente expresa: ¡No! única palabra en todo el largometraje.
Con su personaje Bip se convirtió en un viajero incesante por ciudades del mundo. Foto: Habana Radio |
Muchos escenarios tuvieron el privilegio de observar a Bip quebrar cualquier barrera idiomática, de cómo Marcel a pesar de los años pasaban por él, su arte era tan joven y alegre como el niño que siempre afirmó ser.
Cuba fue uno de los países que visitó siendo un hombre octogenario, invitado por la Prima Ballerina Assoluta Alicia Alonso, donde actuó con el Ballet Nacional el 12 de septiembre de 2005 en el Gran Teatro de La Habana. Un viejo sueño hecho realidad, afirmó a la prensa nacional en su llegada a la mayor de las Antillas.
El 22 de septiembre de 2007 con 84 años, Marcel Marceau se despidió del mundo siendo un héroe universal del silencio, pero como expresó en una entrevista al diario El País realizada en el 2003 a cerca de su inevitable partida: En ese momento, moriré de pie. Como en el teatro. No caeré.