Aunó voluntades; convenció a jefes mambises de la talla de Antonio Maceo y Máximo Gómez; creó el Partido Revolucionario Cubano y el Periódico Patria para organizar la Guerra Necesaria, concebida como una contienda breve y generosa con el fin de lograr la independencia de Cuba y auxiliar la de Puerto Rico.
Llegó a Cuba tras una difícil travesía el 11 de abril de 1895 junto a Gómez, decidido a hacerlo todo por evitar, con la independencia de la Perla de las Antillas, que Esados Unidos cayeran sobre nuestras tierras de América.
En la manigua recibió de las gloriosas manos de Maceo y Gómez los grados de Mayor General del Ejército Libertador. Sólo unos pocos días después, el 19 de mayo de 1895, cayó en combate ofreciendo la mayor ofrenda a la libertad de Cuba.
La Generación del Centenario del Apóstol, liderada por Fidel Castro, lo hizo renacer con la Marcha de las Antorchas del 27 de enero y con el Asalto al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953, en pos de la verdadera independencia, alcanzada el Primero de Enero de 1959.
No hay dudas: renace, vive y se multiplica el Héroe Nacional en un pueblo unido que se empeña en pensar como país, al continuar la Revolución Martiana y Fidelista, desafiando al Gigante Goliat con su heroica resistencia, cual pequeño e inteligente David.
Texto: Isabel Calvo