Acela de Armas: hasta siempre a una guerrera del tablero

De Armas conquistó entre 1971 y 1988 nueve coronas del ajedrez cubano. Foto: Internet.
Por: Víctor Joaquín Ortega

El fallecimiento reciente de Acela de Armas estremeció al deporte cubano y a este redactor le hizo recordar el libro Muchachas de oro, recorrido por los logros de las antillanas en el deporte, publicado por la Federación de Mujeres Cubanas, en 1991.

Allí ubicaban a la ajedrecista junto a las grandes campeonas de la nación. Lo merecía a pesar de la menor atención de los medios masivos que no la mantenían entre las atletas populares.

Nacida en Santa Clara, provincia Villa Clara, el 6 de diciembre de 1954, inicia en este deporte con tanto de arte y ciencia, en la biblioteca principal de su provincia.

La pasión, el interés y las enseñanzas fructificaron. De Armas obtuvo la medalla de oro en la categoría 15-16 años en los Juegos Escolares Nacionales de 1970. Al año siguiente, se tituló en el Campeonato Nacional Femenino con solo 16 años y medio.

Entre 1971 a 1988 conquistó nueve coronas, solo superada en ese sentido por Maritza Arribas con 10.

Acela sería la primera Maestra Internacional (WMI) cubana después de 1959, pues antes lo había conseguido María Teresa Mora. La villaclareña lo conquistó al ocupar el lugar cimero del Torneo Zonal de 1978 efectuado en Cali, Colombia, en el cual consiguió igual distinción su compatriota Ana Luisa Carvajal, situada en el segundo puesto.

Además, participó en el Interzonal de 1978, donde luchó dignamente frente a potentes rivales. Integró el equipo cubano a las Olimpiadas de Salónica 1984, Dubai 1986 -donde entabló su partida con la campeona mundial, la soviética Maya Chiburdanidze-, Salónica 1988 y Novisad 90.

De Armas fue la primera después de 1959 en competir en un torneo contra hombres, albergado por Isla de la Juventud, en 1978, justa en la que el historiador y periodista Jesús González Bayolo destaca una victoria de ella sobre el trebejistas Gilberto García.

Licenciada en Cultura Física, profesora, la nueve veces titular cubana brilló especialmente en ma década del 70 y abrió el sendero para el avance de las cubanas en el juego ciencia. De sus manos tomó el testigo Vivian Ramón, la primera Gran Maestra antillana y una persona magnífica. Deseo recordar algunas líneas que aparecen en el texto Muchachas de oro:

“De carácter afable y rostro trigueño, achinada, Aceela siempre supo aconsejar a las más jóvenes, al término de cada ronda, en breves análisis de las partidas. Una anécdota que demuestra su nobleza fue, cuando en el nacional de 1986, en las postrimerías del certamen, empatada en la cima con la WMI Zirka Frómeta, su rival de turno demoraba, pues, según se conocía, sufría dolores estomacales. Fue entonces que Acela le dijo al juez que no echara a andar el reloj pues optaba por esperarla lo más posible, con el fin de comenzar parejas las acciones…”. En realidad no se pudo realizar la acción porque va en contra de las reglas.

Se refleja su actitud durante la lid nacional de 1988: estaba embarazada y los malestares no la dejaban tranquila. El árbitro le preguntó si deseaba retirarse y le respondió que “…continuaría en el evento, pues su más caro anhelo era dedicarle el triunfo al hijo próximo a nacer”. Fue una hija.

Constituía un baluarte del equipo del país para la Olimpiada de Salónica, Grecia, meses después y “…el nacional le servía también de preparación para la magna cita de los trebejos, imponiendo su férrea voluntad y vergüenza deportiva, pues los trastornos naturales del embarazo le hacían sentir muy mal. Logró a duras penas terminar, aunque no pudo revalidar la corona”.

De Armas compitió dignamente en Salónica, sumó seis victorias y cuatro derrotas, una magnífica labor, si se tiene en cuenta que se enfrentó a varias de las mejores jugadoras del orbe.

En el torneo nacional de 1989, Acela ganó su noveno cetro.

Su opinión sobre el juego ciencia: “El ajedrez es una muestra de desarrollar el pensamiento, la intelectualidad. Fue una idea muy feliz en nuestra patria incluirlo en los Juegos Escolares Nacionales con el fin de que los niños comiencen a practicarlo desde edades tempranas”.

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