Miguel Matamoros, un sonero para todos los tiempos

Miguel Matamoros falleció el 15 de abril de 1971, a medio siglo de su desaparición física toda Cuba le recuerda. Foto: Tomada de Internet.
Por: Lenay Barceló

En momentos en que la música antillana, esa, la más criolla, la propia, la nuestra, está de plácemes, pues se preparan en el país festejos por el Día del Son Cubano, es oportuno recordar a un sonero que dio todo por exaltar el género: Miguel Matamoros.

Este 15 de abril, cuando conmemoramos medio siglo de su desaparición física, develamos una historia poco conocida sobre cómo su genialidad y, a la vez, su carácter jovial, se convirtieron en música para todos los tiempos.

Contaba Miguel Matamoros que la canción que le dio mayor popularidad, no solo en Cuba sino en el mundo, fue Mamá, son de la loma, verdadero nombre del multiversionado tema Son de la loma, como se le conoce.

Aseguró el propio Matamoros, en una entrevista al periodista e investigador santiaguero Alberto Muguercia, que la canción surgió en 1922.

Así contó la historia: “Fue una noche en que yo estaba dando una serenata en Trocha y San Pedro, frente al sanatorio La Colonia Española, conmigo estaba tocando y cantando Alfonso del Río. Entonces de una casa cercana salió una señora con su hija pequeñita y dice señor, señor, mi hija quiere conocer a los cantantes, quiere saber de dónde son.

“Me inspiré en esa pregunta y esa misma noche hice el resto de la poesía. Son de la loma quiere decir que son de Santiago, y cantan en el llano significa que cantan en La Habana”.

“Ese es el número mío que le ha durado más la popularidad, y Lágrimas Negras“, confesó el propio Miguel Matamoros.

Nadie imaginó en 1922 que ese músico, cantante y compositor daría tantas alegrías a quienes aman la sonoridad criolla.

Partitura del tema Mamá, son de la loma, de Miguel Matamoros. Foto: Tomada de Internet.


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