La australiana Shirley conquistó el olimpo del deporte en pruebas de velocidad y vallas. Foto: Tomada de Internet |
Por Víctor Joaquín Ortega
La australiana Shirley Strickland debuta en los Juegos Olímpicos en Londres 1948. Joven y de menor experiencia que varias de sus rivales, no es seguida por los periodistas, pero tiene calidad para llegar lejos en el atletismo.
La novel atleta supera las primeras fases de los 100 metros planos y la prensa ya la persigue. Está en la discusión de las medallas.
En la carrera por el cetro lo hace bien, pero debe conformarse con el galardón de bronce con igual tiempo que la ocupante del segundo puesto, la inglesa Dorothy Manley, marca de 12.2 segundos.
Ellas no pudieron superar el escollo de la veterana holandesa (hoy Reino de los Países Bajos) Fanny Blankers-Koen quien, de actuación discreta en Berlín 1936 (sexta en salto alto y en el relevo corto), avanza hacia una enorme corona.
Fanny Blankers-Koen fue la reina absoluta de la velocidad olímpica en Londres 1948. Foto: Tomada de Internet |
A los 32 años y madre de dos hijos, Blankers-Koen no solo gana esta prueba al lograr 11.9 segundos, sino que alcanza también oro en los 200 metros (24.4), los 80 con vallas (11.2) y es la figura central del cuarteto vencedor en el relevo 4x100 (47.5).
El tiempo de la prueba de obstáculos rompe el récord mundial y en los 200, la del país de los tulipanes estampa el mejor registro del clásico con 24.3. Podía haber conquistado otras tres preseas doradas de haber podido actuar en pentatlón, salto alto y largo, porque en esas pruebas poseía los mejores resultados de esa época en dichas especialidades.
Volvamos a Strickland. La de la tierra de los canguros no se conforma con ese tercer puesto y repite el tercer lugar en los 80 con vallas, solo superada por la extraordinaria deportista holandesa y la inglesa Gardner 11.2 por 11.4, y también forma parte del conjunto que terminó segundo en el relevo con 47.6.
Shirley Strickland de la Hunty. Foto: Tomada de Internet |
Cuatro años después, más madura y agregando el apellido De la Hunty tras casarse, Shirley se impone en los 80 obstaculizados de Helsinki 1952 al recorrerlos en 10.9 segundos e implanta plusmarca para el planeta. Además, repite el tercer lugar en los 100 lisos (11.9).
Fanny, la reina en 1948, vuelve a la carga en ambas distancias y el implacable paso del tiempo no la perdona: no pasa la eliminatoria de la prueba reina y en la otra prueba cae después de tropezar con la segunda valla. En los 100, una coterránea de la Strickland, Marjorie Jackson, vence con 11.5 y destroza la marca del planeta.
En Melbourne 1956, Shirley de nuevo abraza la mayor alegría en las vallas; en esta ocasión con 10.7 que destroza el récord olímpico. También es la que abre por su equipo la carrera del relevo 4x100 metros en la que conquista el sitio dorado junto a Norma Croker, Flaur Mellor y Betty Cuthbert con 44.5 segundos, nueva cota del mundo.
Shirley Strickland fue de sorpresa a leyenda que recorrió senderos gloriosos en tres justas olímpicas consecutivas.
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