Las cuatro medallas olímpicas obtenidas por Sanéiev lo encumbran como uno de los atletas más destacados de todos los tiempos. Foto: World Athletics |
Por Víctor Joaquín Ortega
Reñida se ha puesto la lucha final del triple salto en los Juegos Olímpicos de México 1968. El italiano Giuseppe Gentile, el brasiñeo Nelson Prudencio y el soviético Víctor Sanéiev pugnan por el cetro.
Primero llegó el turno para Gentile y este quebró el récord del mundo con 17.10 metros en las eliminatorias. Luego, en el segundo salto alcanzó los 17.12. Ya soñaba con lo más alto del podio.
Ah, pero otra cosa pensaba Sanéiev, quien consigue 17.13. Tampoco se amilanó Prudencio y se estira hasta los 17.27 metros.
Ah, pero otra cosa pensaba Sanéiev, quien consigue 17.13. Tampoco se amilanó Prudencio y se estira hasta los 17.27 metros.
Le quedaba una oportunidad al representante de la Unión Soviética, monarca al final con salto de !17.39!.
Múnich 1972. El alemán democrático Joerg Drehmel logró 17.31. Prudencio se quedó corto con 17.05. Sanéiev en acción: 17.35 y de nuevo ascendió al trono.
Múnich 1972. El alemán democrático Joerg Drehmel logró 17.31. Prudencio se quedó corto con 17.05. Sanéiev en acción: 17.35 y de nuevo ascendió al trono.
En la conferencia de prensa, le preguntan: "¿Qué espera para Montreal 1976?". Responde: “Pienso darlo todo otra vez para obtener tres victorias consecutivas en el certamen más importante que existe”.
Víctor Sanéiev batió el récord mundial de triple salto en varias ocasiones, tanto al aire libre como en pista cubierta. Foto: Wikipedia |
Está presente en el vigésimo primer certamen rescatado por Pierre de Coubertin. Se impuso en 1976 con 17.29, seguido del estadounidense James Butts y el joven representante de Brasil, Joao Carlo de Oliveira, con 17.18 y 16,90, respectivamente.
Enviado por el periódico Juventud Rebelde a la cobertura de Moscú 1980, tuve la dicha de ver actuar a Sanéiev allí. Se batió durísimo, pero su compatriota Jack Uudamae se interpuso en la conquista de su cuarta corona 17.35 por 17.24. El dúo dejó en el tercer puesto a De Oliveira, dueño de 17.22.
“Bueno, una medalla de plata olímpica es una linda manera de despedirme del deporte activo, aunque, claro, deseaba mi cuatro título. Ha quedado en buenas manos. Jack es un magnífico atleta”, declaró.
A pesar de todo, confieso que me dolió el resbalón plateado del veterano, uno de los más destacados de todos los tiempos en el atletismo.
Enviado por el periódico Juventud Rebelde a la cobertura de Moscú 1980, tuve la dicha de ver actuar a Sanéiev allí. Se batió durísimo, pero su compatriota Jack Uudamae se interpuso en la conquista de su cuarta corona 17.35 por 17.24. El dúo dejó en el tercer puesto a De Oliveira, dueño de 17.22.
“Bueno, una medalla de plata olímpica es una linda manera de despedirme del deporte activo, aunque, claro, deseaba mi cuatro título. Ha quedado en buenas manos. Jack es un magnífico atleta”, declaró.
A pesar de todo, confieso que me dolió el resbalón plateado del veterano, uno de los más destacados de todos los tiempos en el atletismo.
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