Foto: Tomada del periódico 5 de Septiembre. |
La tarea ordenamiento monetario en Cuba es prioridad para la estrategia de desarrollo económico y social del país, más aún en tiempos difíciles agravados por el impacto negativo de la Covid-19.
Mucha responsabilidad y diversas las acciones que en este proceso le corresponden a los actores económicos y a los organismos rectores de esta actividad. Pero ¿cuánto podemos aportar desde la individualidad?Al decir de Marino Murillo Jorge, jefe de la Comisión de Implementación de los Lineamientos del Partido Comunista de Cuba, el ordenamiento en cuestión trata de alejar aquellas distorsiones que hoy desestimulan la eficiencia y la generación de riquezas, así como transformar un grupo de medidas que en su momento fueron necesarias, pero que han perdurado en el tiempo y no han tenido el resultado esperado.
En todo este entramado vuelve a tomar partido la importancia del trabajo como fuente de ingresos, fundamental para las familias. Aquí sí estamos implicados todos y cada uno de nosotros.
En la inevitable subida de precios y el control de los mismos, en virtud de evitar una no deseada inflación, dependerá mucho de la generación de bienes y servicios.
Aquí está de nuevo la presencia de los trabajadores, pues en el aumento de los rendimientos y calidad de las producciones mucho influye la capacitación, compromiso y entrega de los obreros y trabajadores.
Como han insistido las autoridades cubanas, para respaldar una transformación en el orden de los salarios y los ingresos de los trabajadores, el sistema de pensiones y de la asistencia social, es inevitable ser más eficientes y productivos.
Esta es nuestra tarea, hacer las cosas bien en cada sector en el cual nos desempeñemos, tal y como afirmara nuestro Héroe Nacional, José Martí, "haga cada uno la parte del deber que le corresponde y nada podrá vencernos".