Historias olímpicas: tras la pista de los forzudos en la halterofilia (I Parte)


La halterofilia fue incluida como deporte olímpico desde la primera edición de la era moderna, Atenas 1896. Foto: Tomada de Internet
Por Víctor Joaquín Ortega

Venga conmigo a recorrer parte de la halterofilia de los Juegos Olímpicos, donde acostumbran a decir que el rey del peso máximo es el hombre más fuerte de la lid. Las palabras van más allá: lo califican como el más fuerte del mundo. No siempre han sido certeras esas frases. 

En ocasiones, sobre todo al inicio del clásico, entre los semicompletos ha sido superior lo alzado en las plataformas. Y hasta lo conseguido por ganadores de plata y bronce de la categoría inferior ha sido superior a lo logrado por los medallistas del peso máximo. ¿Qué les parece?

El deporte de los hierros estuvo presente en la inauguración, en Atenas 1896 con pruebas a dos y una mano, respectivamente. 

En la primera, victoria para el danés Jensen con 11.5 kilogramos, seguido del inglés Elliot, con igual suma pero en el segundo intento. Tercer peldaño para el griego Versis. En la segunda, con dos manos, el de Inglaterra fue el monarca con 71 kilos. A continuación clasificó Jansen con 57.2. Tercero otro heleno de apellido Nikonopoulos, quien alzó 57.2, pero con fallo en la primera ejecución. 

El inglés Launceston Elliot levantó 71 kilogramos con una sola mano en Atenas 1896. Foto: sutori.com
En San Luis 1904 reapareció la especialidad. Un estadounidense resultó el más destacado: Osthoff. Monarca a un brazo y segundo a dos: 86.750 y 84.44; este combate lo lideró el griego Kakaousis: 111.67. No se separaban los contendientes según la división. 

Mejor organización en Amberes 1920. El francés Ernest Cadine, hombre dorado entre los semipesados con 295 kilos en el total, hubiera ganado también entre los completos de entonces pues el triunfador, el italiano Filippo Botino, solo llegó a 265. 

Hay más: el segundo y el tercero de la división menor de las dos consiguieron triatlones por encima del italiano, el suizo Fritz Hannenberger y el sueco Erick Petterson con 277.5 y 275.5 kilogramos. De haber luchado en los superpesados cualquiera de ellos habría dorado sus anhelos. No sería la única vez. 

No olvido los planteamientos del mejor de los semicompletos, en París 1924, el galo Charles Rigoulot, al declararse el hombre más fuerte del mundo porque levantaba más que el triunfador de los máximos, Guiseppe Tonani.

Charles Rigolout desplegó toda su fuerza en la edición de París 1924. Foto: Tomada de Internet
En los séptimos juegos, albergado por Bélgica, el estonio Alfred Neuland , amo de los ligeros (257.5), alzó más que el francés Gance, el italiano Bianchi y el sueco Petterson, uno, dos y tres de los medios: 245el primero, y 237.5 los restantes. El gran adversario de Neuland, el belga Louis Williquet, llegó a 240.

Después, casi siempre se impuso lo lógico. Aunque en Helsinki 1952, hubo cifras de los de abajo por encima de medallistas entre los más corpulentos. Trofim Lomakin ascendió a lo más ansiado del podio con 417. 5 kilos entre los medio ligeros, por arriba del contendiente plateado de los ligeros completos: Grigory Nowak (URSS): 410. 

Lomakin fue de esos curiosos casos que levantaron más peso que algún medallista de divisiones superiores. Foto: wikipedia.org
A Lomakin le siguieron los pasos Stanley Stanczyk (USA): 415 y su coterráneo Arkadi Vorobiev, quien totalizó más que el trinitario Lennox Kilgour, poseedor del tercer peldaño en la inmediata superior: 407.5 por 402.5.

Vorobiev se coronó en Melbourne 1956 entre los semipesados con 462.5 kilogramos, 10 por encima del bronceado del peso máximo, Alberto Pigaiani, de Italia.

El más cercano seguidor de Arkadi, David Sheppard (Estados Unidos) empató en alzada con el italiano. El ligerocompleto Rudolf Plugfelder (Unión Soviética) hizo lo mismo que el inglés Louis Martín (475), ocupante del escalón de plata entre los semipesados. Los más duros contrincantes del soviético, los húngaros Géza Toth y Gygzó Veres, sumaron lo mismo que el polaco Ireneutz Palinski, dueño de la plaza de bronce: 467.5. 

Continuará

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