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Jorge Dasdiel La Rosa Días, un joven habanero que sufrió el contagio de la Covid -19. Foto cortesía del testimoniante. |
Por: Ania González Rodríguez
No hay dudas de que la solidaridad de los cubanos es hiperinmune al egoísmo y a la indiferencia ante la necesidad del prójimo, de esto dan muestras a diario los salubristas nuestros que van por el mundo salvando vidas a riesgo de la suya propia, héroes o valientes que emanan de este pueblo, donde el humanismo es un valor que se trasmite de generación a generación.
Protagonistas de la solidaridad podríamos citar miles de un extremo a otro de la Isla, pero hoy traigo el ejemplo de Jorge Dasdiel La Rosa Días, un joven habanero que sufrió el contagio de la Covid -19, constituyendo para él una experiencia aleccionadora y que puso a prueba sus sentimientos y su formación.
Cuenta Jorge que producto de su positividad, tras síntomas de padecer Sars-Cov-2, fue ingresado la noche del 2 de abril en el Hospital Militar Luis Díaz Soto, junto a su padre, quien a diferencia de él, sufría de fiebres altas y falta de aire.
Allí estuvo el joven por 18 días y cuenta que la atención y trato de los médicos fue excelente, igual que la alimentación, la higiene, el cumplimiento del horario de cada medicamento, así como los muchos análisis y cuidados que recibió.
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Jorge dedica un mensaje a los jóvenes. |
Expresa que fueron atendidos por doctores y enfermeros competentes que acudían a su llamado a la menor solicitud, pues aparte de las visitas que hacían a la sala, los pacientes tenían al lado un teléfono para solicitar cualquier otro servicio, llamado ante el que acudían inmediatamente; mi entrevistado lamenta no recordar nombres, sí sabe que el personal que les atendía era muy joven y profesional.
El 20 de abril mi testimoniante fue dado de alta, aunque salió un poco triste porque su padre tenía que quedarse para recibir otros tratamientos debido a su edad y comorbilidades por las que requería más cuidados e investigaciones, según protocolo.
Para el joven, el haber estado en aquella sala junto a pacientes de la tercera edad fue único, pues en el aislamiento los mayores se deprimían y temían mucho por su vida y él trataba de infundirles ánimo y desde su cama, aún con el nasobuco y la distancia, les cantaba, hacía cuentos y los hacía sonreír.
El 20 de abril, cuenta Jorge Dasdiel, fue dado de alta y una vez cumplido el tiempo de aislamiento en su casa le repiten el PCR y a los seis días le comunican que se ratificaba su diagnóstico negativo.
Es entonces que se le hace un seguimiento por parte del policlínico de su área de salud y por el personal del Banco de Sangre de Diez de Octubre, quienes le comunican que su plasma contenía una alta carga de anticuerpos y le preguntan que si quería donar para el tratamiento rehabilitador a otros enfermos de Covid-19, con bajas defensas.
El joven nos expresa textualmente que aquello le pareció genial y dio el paso al frente, luego apunta: “Es un acto voluntario, pero más que voluntario es un acto de amor, de entrega, un acto humano, porque lo menos que uno puede hacer después que pasa por esto es ayudar a otras personas a salvarse”.
Y continuó Jorge narrando: “Después de mi primera donación de plasma hiperinmune sentí la necesidad de seguir ayudando, y por eso repetí más de una vez mi donación”.
Y no quiso Jorge Dasdiel La Rosa Díaz, joven ex paciente de Covid-19 del municipio Cerro, culminar su testimonio sin un mensaje a la juventud capitalina y les pide no bajar la guardia, porque a veces- continua diciéndonos- “en esta edad pensamos que dominamos el mundo y que no va a sucedernos nunca nada y no es así, se pasa un mal rato con la dolencia porque al menos yo perdí el sentido del gusto y el olfato por unos días”.
Así concluye: “debemos cuidar a las personas mayores que son las más vulnerables, muchos jóvenes tienen el virus, son asintomáticos y pueden trasmitirles la enfermedad, recordar que no podemos pensar solo en nosotros, sino también en aquellas personas que están a nuestro alrededor”.
Solidaridad hiperinmune quise titular este testimonio de un cubano ex paciente de Covid-19, donante de plasma; un capitalino y por demás un joven, que como muchos de su edad, hacen gala hoy de lo que nos engrandece como pueblo, ante los ojos del mundo.
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