Doctor Eusebio Leal Spengler. Foto: CubasÃ. |
Por: Ania González RodrÃguez
La Habana para Eusebio Leal fue toda su geografÃa, su historia, su cultura, el tesoro de su patrimonio tangible e intangible y su gente, entre los muchos cometidos que movÃan su incansable cotidianidad.
Por eso ser, leal a Leal es cuidar su obra imperecedera, es proteger todo lo que entrañablemente amó y nos entregó para deleite y orgullo de ser cubanos y dueños de una maravilla que atrae al mundo y pone un sello distintivo y único a lo nuestro.
Para la mayorÃa de los nacidos en esta tierra, donde quiera que estemos, La Habana es como el cordón umbical que nos une a la Isla, el suspiro de la nostalgia y el abrazo maternal que siempre se necesita y eso, en parte, también se lo debemos a él.
Leal será para nosotros el latido habanero inapagable, la luz y el pacto con su amor a esta ciudad trinchera, inconquistable al asedio foráneo, imbatible ante el tiempo, el azote natural o las pandemias.
Ser leal a Leal es cuidar su ciudad, nuestra ciudad, desde sus adoquines hasta su humanidad.
Ahora lo escucho, Leal sigue aquà conquistándonos con su voz, con su real y mágica palabra convertida en hechos y vÃvidas escenas de pasado o presente; su discurso vibrante es una sinfonÃa que me apasiona y le aplaudo,infinitamente le aplaudo.