Rodolfo Falcón y Neisser Bent: brazadas que trazaron el camino al Olimpo

Rodolfo Falcón (a la izquierda) y Neisser Bent (a la derecha), ganadores de plata y bronce, respectivamente, en Atlanta 1996. Foto: Granma.

Por Daniel Gotay

Campeón no es solo aquel que sube a los más alto del podio, pues toda la gloria no viene bañada en oro. Hay atletas que aún sin obtener el anhelado metal dorado logran esculpir sus nombres en la historia.

El 23 de julio de 1996, dos nadadores protagonizaron a fuerza de brazadas una de los momentos más memorables del deporte cubano.


En la ciudad estadounidense de Atlanta, Rodolfo Falcón y Neisser Bent se erigieron como los únicos nadadores cubanos en subir a un podio de premiaciones en unos Juegos Olímpicos.

En la final de los 100 metros estilo espalda, Falcón partió por el carril tres como favorito a medalla. Aunque la noche anterior el tritón más laureado en la historia de Cuba no pudo conciliar el sueño, en la competencia logró la concentración necesaria antes de empezar, y ya lo otro es historia.

Quien no llegaba con ningún tipo de elogios de la prensa era Neisser, que ya había conseguido la proeza de incluirse en la final. Tenía solo 19 años y salió por la carrilera cinco, en busca, también, de su lugar en el Olimpo.

Lejos parecen esos años en los que Rodolfo Falcón y Neisser Bent se agenciaron las medallas de plata y bronce para conquistar la gloria olímpica.

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