Foto: Tomada de Ecured.
Por: Carmen Larduert
En la acción conjunta de los ataques a los Cuarteles Guillermo Moncada de Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes de Bayamo, se encontraba el asaltante de veintidós años Pedro Véliz Hernández.
"Caro" como le decían al joven por su carácter jovial, nació un 13 de Mayo de 1931 en los Pocitos antigua barriada de Marianao, actual municipio capitalino de La Lisa, en el seno de una familia humilde y numerosa.
Desde muy niño comenzó a trabajar para ayudar a sus padres con los gastos de la casa, por lo que solo cursó estudios hasta el sexto grado en una escuela pública de su localidad.
No fue hasta que comenzó en la albañilería cuando resolvió adoptar una posición política definida en cuanto al gobierno de Batista, al afiliarse al partido Ortodoxo, organización que nutrió en su mayoría las filas de la juventud del centenario.
Tras el golpe de estado del 10 de Marzo, se incorpora a la cédula del movimiento revolucionario en Matanzas, resultando apresado en varias oportunidades por actividades de conspiración; no obstante los arrestos, Caro consigue unirse a Fidel como miembro oficial de la clandestinidad en la capital.
El 24 de Julio de 1953 el joven se despide de su madre con el pretexto de un trabajo en Matanzas; lo esperaba sin saber el encuentro con la historia, era uno de los designados para atacar al Cuartel de Bayamo.
La doble operación de asaltar las fortalezas militares de Bayamo y Santiago de Cuba fracasó, y la noticia de esa gestión fue divulgada por la radio como la derrota de un grupo de "facinerosos perturbadores del orden".
Dando continuidad a la información sobre los sucesos del 26 de Julio, la prensa radial dio a conocer entonces el 30 del propio mes, que los asaltantes Pedro Véliz Hernández, Hugo Camejo y Andrés García pudieron evadir a la policía batistiana.
Angustioso fue el proceso de ocultarse, de querer partir en ómnibus hacia una localidad cercana a Bayamo y, por supuesto que el fatal apresamiento, los jóvenes revolucionarios fueron torturados toda la noche, su valentía llenó de odio el corazón de aquellos criminales empeñados en sacarles una denuncia.
Molestos por sus intentos fallidos, los esbirros ataron una soga al cuello de Pedro igual que a sus dos compañeros, en la madrugada fueron arrastrados desde un vehículo por toda la calle del cementerio bayamés, la acción provocó la muerte de Hugo y de Caro, milagrosamente Andrés, sobrevivió para contarlo.
En el juicio de los sucesos del Moncada fueron denunciados los asesinatos de Pedro y Hugo por estrangulación y el líder Fidel Castro, dijo refiriéndose a los caídos en el asalto: "Mis compañeros no están olvidados, ni muertos, viven hoy más que nunca"
Razón tenía el Comandante en Jefe, hoy en la paz de la victoria peleada, Cuba nunca olvida a sus mártires, y la Escuela Pedro Véliz Hernández de San Agustín municipio Lisa honra al joven asaltante que lleva su nombre, de múltiples maneras.
La generación del centenario vive su gloria honrada por nosotros.