Un vínculo palpable de la relación universidad-empresa. Foto: Universidad de Ciencias Informáticas (Uci). |
La vinculación de las universidades cubanas con la economía del país está en pleno auge.
A través de múltiples proyectos sostenibles y gracias a las investigaciones que se desarrollan en las diferentes carreras de los centros de altos de estudios, se impulsan acciones a favor del bienestar de los diferentes territorios.
Un dato de interés es que desde el 7 de mayo de 1981 se establecieron convenios entre las instituciones de la educación superior y las empresas y organismos del Estado, con vistas a lograr la vinculación de la ciencia con la economía nacional.
Todo ello demuestra que los resultados actuales no son obra del azar, sino de la preocupación constante que sobre ese aspecto tiene el Gobierno cubano.
En conferencia de prensa, el ministro de Educación Superior, doctor José Ramón Saborido Loidi, dijo: “Tenemos la responsabilidad de formar un profesional integral, con preparación y un alto compromiso social con el pueblo y la Revolución.
“Pilares indispensables en ese empeño lo representan el claustro docente con una vasta preparación y experiencia; el trabajo desarrollado para que la ciencia y la innovación impacten de forma decisiva en el desarrollo económico y social del país y el vínculo universidad-empresa.
“Hoy las universidades de la Isla son centros de ciencia. Más del 60 por ciento de los premios de la Academia de Ciencias de Cuba están en ellas.
“No obstante, aunque se gradúan cerca de 600 doctores en ciencias anualmente, la cifra se encuentra por debajo de lo esperado, e implica un desafío disminuir el promedio de edad de quienes alcanzan esa categoría científica”.
Otra arista del vínculo universidad-economía fue abordada el año anterior en la XV Conferencia Internacional de Ciencias Económicas y Empresariales, evento que se desarrolló en la provincia de Camagüey.
En la reunión, se debatió acerca de los desafíos para un desarrollo sostenible y el rol protagónico de las casas de altos estudios, así como las dificultades de la economía cubana en el contexto actual visto desde las ciencias.
Los exponentes coincidieron en que “las universidades son esenciales, no sólo en la formación de los futuros profesionales, sino también en la responsabilidad de proveer modelos de desarrollos sostenibles gracias a las investigaciones.
“Esto es algo que en Camagüey se potencia mucho con la realización de varios proyectos de desarrollo local que proyectan sus resultados hacia la economía”.
Asimismo, no se pasó por alto la necesidad de preparar a los estudiantes no sólo para que conozcan la realidad de su país, sino además que se alisten para conocer lo que acontece en otras naciones, con modelos distintos, que luego les lleve a crecer como futuro ente decisor.
Otras temáticas que analizaron fueron la vinculación universidad-empresa-gobierno, donde los participantes refirieron problemáticas que implican una triada institucional que debe procurar soluciones desde los social, económico y tecnológico.
Cuba ha desarrollado un modelo de universidad que la define como humanista, moderna, universalizada, científica, tecnológica e innovadora, y por supuesto, integrada a la sociedad, que está comprometida con la construcción de una nación soberana, independiente, socialista, democrática, próspera y sostenible, y capacitada para cumplir con los objetivos propuestos por la Agenda 2030.
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