Reinier Sánchez, ahora sí, medalla de oro

Reinier Sánchez Danger. (Foto: Mónica RM. Diseño: Michel Ortega de Armas)
Reinier Sánchez Danger. (Foto: Mónica RM. Diseño: Michel Ortega de Armas)
Autor: Víctor Joaquín Ortega
Para llegar a la preselección nacional, el remero Reinier Sánchez Danger acumuló esfuerzos victoriosos. A los 30 años de edad, alcanzó su galardón  más importante: el hoy licenciado en Cultura Física resultó escogido como el mejor innovador del país en 2016 en la trascendental relación deporte-ciencia.


Dificultades para entrenar a sus muchachos en Versalles, Santiago de Cuba -el bloqueo norteamericano en el centro del problema- le hicieron crear y vencer. Así nació su remorgómetro, un simulador propio para la categoría 10-12 años, especialmente con el objetivo de perfeccionar la sincronización y el rendimiento de los discípulos.

En la entrevista realizada por Roberto Méndez para la publicación Jit, el instructor expresa: “Ya se han alcanzado importantes resultados pues desde su puesta en práctica, tres alumnos pudieron participar en los Juegos Escolares Nacionales y los otros siete han ingresado en el Centro Único de Alto Rendimiento”.

Según Méndez en tanto lo económico: “Los cálculos valoran en unos 37 250 pesos (MN) el ahorro conseguido por un equipo que pudiera generalizarse en todo el país, por su fácil elaboración con materiales bastantes comunes como hierro, madera y plástico”.

Ahí es donde entran los vecinos. Donaron materiales, soldaron los elementos, dieron gran apoyo: de faltarle, Reinier no habría logrado su meta. Sin las masas el sueño puede quedar en quimera y, a la vez, la participación popular fortalece la bondad, la inteligencia, los saberes de los involucrados que no quedan atados a los intereses personales al trabajar por un objetivo útil para todos, sin pedir nada a cambio.

Estos niños que forman parte de nuestras esperanzas atléticas tienen su remorgómetro, sustituto efectivo de un costoso simulador con precio de mil 200 dólares. Los citados estudiantes- deportistas cuentan con un aparato para “…dosificar los ejercicios de conductores, con repeticiones estándar que facilitan el dominio del elemento fundamental de este deporte”, agrega el entrevistador quien asegura: “El impacto económico va más allá si se valora que el costo de un bote de fibra de carbono y sus medios complementarios de tecnología de vanguardia, junto al valor de la  construcción de una  piscina para la alimentación, se remontaría a los cien mil pesos”.

Reinier, en fin, ha relacionado su creatividad con la enseñanza a los surgidos de la masividad. Estar de espalda a lo científico técnico, poco puede hacer. Fidel nos dijo: “Si utilizamos los recursos que tenemos y aplicamos más la técnica y la ciencia, si aprovechan bien esos recursos, lograremos mejores resultados todavía”. (16-8-1987)

Sánchez Danger siguió con los hechos esta orientación sin pensar siquiera que recibiría el reconocimiento José Llanes Ordaz en la categoría de mejor innovador, lo que añade más brillo a su laurel.

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