Mercedes López Acea, primera seretaria en La Habana del Partido Comunista de Cuba, visita las obras de restauración de las redes hidráulicas. Foto: Nuria Aguilera Zayas |
Si
usted le preguntara a un habanero cual es el color que más le identifica, sin
dudas responderá que el azul. Y no es solamente porque ese es el color de su
equipo de béisbol, sino porque vivimos en una ciudad bordeada, por el norte,
por varios kilómetros de mar y privilegiada por la existencia en la zona de
varias fuentes de agua dulce, superficiales y subterráneas, como es el caso del
río Almendares y de los cerca de medio millar de manantiales que tributan a la
cuenca Almendrares-Vento.
Sin
embargo, primero el crecimiento acelerado de la población y luego las consecuencias
del cambio climático, han requerido de la inversión de importantes sumas por
parte del Gobierno y del sector de los recursos hidráulicos en la ciudad,
inmersos en la reparación de las grandes y pequeñas conductoras del ya
envejecido e insuficiente acueducto.
Según
precisiones a esta emisora de Javier Toledo Tápanes, vice delegado del InstitutoNacional de Recursos Hidráulicos en La Habana, en los últimos dos años han
caído unos 400 milímetros de lluvia menos que la cantidad esperada, lo que provoca
el estrés hídrico de las cuencas, de modo que acuíferos como Almendrares-Vento
y Ariguanabo, se encuentran en estado desfavorable con tendencia a crítico, afectando
el bombeo a la ciudad en unos 400 litros de agua por segundo.
Agregó
que, desde las tazas de Vento, de donde beben el vital líquido cientos de miles
de capitalinos residentes en los municipios de Centro Habana, La Habana Vieja, 10
de Octubre, Cerro y Plaza de la Revolución, se están dejando de tributar unos dos
mil 400 litros de agua previstos en su capacidad de llenado, por lo que aunque
estamos a las puertas de un nuevo período históricamente húmedo, a partir del
primero de mayo, y se adoptan medidas que garanticen extender hasta los 60 días,
la cobertura de agua en las fuentes.
“Estamos
trabajando en la erradicación de salideros para lo que se incrementa el número
de brigadas, sin detener las acciones previstas en el proceso inversionista
programado para la etapa, como son: la sustitución de redes y conductoras, en
consonancia con los lineamientos del Partido Comunista de Cuba y el programa
provincial de enfrentamiento a la sequía, a la vez que se implementan medidas
operacionales que optimicen el uso eficiente del recurso”, precisó.
Reparación de la conductora El Gato. Foto: Nuria Aguilera Zayas |
Gracias
al avance en el proceso inversionista, emprendido hace más de un lustro en la
capital cubana, se han logrado mitigar los efectos de la actual situación de
sequía y que contempla el incremento de las capacidades de bombeo desde cuenca
sur hacia el acueducto El Gato, lo que benefició a unos 45 mil residentes al
este de la ciudad, mientras la construcción del acueducto de Bejucal y
Farriol-Majagua, mejoró el servicio de acueducto para unos 36 mil residentes del
municipio de Boyeros.
La
utilización del trasvase Jaruco-La Coca ha estabilizado el abasto para unos 60
mil habitantes del este de la capital, en tanto que la aplicación de medidas
operacionales ha mejorado la entrega de agua a cerca de 23 mil consumidores.
En
este empeño de mitigar los efectos de la sequía en La Habana se concluyó la
primera fase de la conductora de Paso Seco, se ha logrado la estabilidad del
servicio eléctrico en las principales fuentes y la erradicación de salideros en
las conductoras principales han incorporado a la red varios cientos de litros
por segundo, que anteriormente se perdían.
En
aras del uso más eficiente de este recurso se han sustituidos hasta la fecha cientos
de kilómetros de redes y este año se invertirán unos 30 millones de pesos en
este empeño, destacando entre las acciones concluidas recientemente la
reparación de seis kilómetros y medio de la parte alta de Ariguanabo y la
ejecución de un enlace que llevara el líquido directamente desde el pozo 15 de
esta conductora hasta la vecindad de Punta Brava, en el municipio de La Lisa.
Los
municipios más afectados hoy con el déficit de agua en La Habana son Centro Habana
y La Habana Vieja, conectados al sistema central, así como Boyeros y Arroyo Naranjo,
conectados al sistema sur.
A
ls afectaciones climáticas se añade el deterioro del acueducto habanero, con
más de 120 años de explotación.
Sin
embargo nadie se muere de sed en La Habana y es justamente por la voluntad
hidráulica del Estado cubano que asigna cuantiosos recursos en la restauración
paulatina de la infraestructura que abastece la ciudad, que incluye la
existencia de 13 fuentes de abasto de agua potable y otra cantidad similar de
tipo salobre, utilizada para otros fines como la agricultura.
Trabajos de reparación de la válvula ubicada en la zona conocida como La Muñeca, en el municipio de Playa. Foto: Nuria Aguilera Zayas |
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