Cerro Pelado, batallas y victorias



La presencia del barco Cerro Pelado y su carga, navegando al pairo a cinco millas de las costas de San
Juan. Foto: La Jiribilla
Autor: Víctor Joaquín Ortega

Hay que celebrar por todo lo alto la epopeya cubana en los Juegos Centroamericanos de San Juan, en 1966, que va mucho más allá de lo atlético, con raíces en triunfos como el del Ejército Rebelde en aquella región oriental.

Esa hazaña fue uno de los temas centrales del VII Taller Nacional de Historia del Deporte, correspondiente al 2016.


Siete de septiembre de 1958: localidad Cerro Pelado

El Ejército Rebelde ataca a tropas de la tiranía batistiana y la vence a pesar de la superioridad en número y armamentos de estas. Les causa 67 bajas entre muertos y heridos. En las filas del pueblo armado caen los tenientes Luis Arturo Vázquez y Raúl Verdecia y los soldados Juan Sardiñas, René Ibarra y Miguel López. En el combate, actúa por primera vez el batallón femenino Mariana Grajales.

Varios meses después, la mayor de las Antillas es libre y avanza en todos los órdenes. Una nave de su marina mercante es nombrada Cerro Pelado en honor a la contienda.

En junio de 1966 alberga a la delegación patria que participará en los X Juegos Centroamericanos y del Caribe que se efectuarán del 11 al 25 en San Juan, Puerto Rico, socio asociado en sociedad impuesta por los Estados Unidos; en fin, colonia.

Lo peor de los gringos intenta evitar esa presencia. Pero los agredidos plantean: Con visas y sin visas vamos hacia allá. El buque con su preciosa carga, fondeado en aguas cercanas a la sede. Aviones yanquis lo sobrevuelan, lanzan notas agresivas, llueven las amenazas. Fracasan: nadie se amilana.

Crecen el coraje y la acción inteligente. José Llanusa, máximo dirigente del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Inder) y de este colectivo, lee la Declaración del Cerro Pelado después que los atletas concluyen uno de sus entrenamientos sobre la cubierta.

El texto es puñetazo al hígado de quienes vulneran los derechos humanos sin dejar fuera de sus hechos injustos a la cultura física. Se acusa a los Estados Unidos de esta nueva barbaridad y se declara:

“Los atletas cubanos sabemos cómo actuar, no solamente por defender un derecho nuestro, sino un derecho de todos los pueblos y por el prestigio del deporte que debe existir como vínculo de los pueblos. Y se jura en nombre de los mártires del Cerro Pelado y en el de todos los que han hecho posible nuestra dedicación al deporte, defender este derecho con la vida si fuera necesario”.

No se quedan en palabras. Las lanchitas. Saltos hacia ellas. Mar picado. Tiburones. El desembarco. Parte de la representación desfila en el acto inaugural. La bandera de la estrella solitaria al frente. Y a competir.

Más allá de preseas y puestos, la gran conquista es expresada por Fidel Castro en el acto de bienvenida: “(…) Como fueron capaces de reaccionar nuestros atletas, con qué dignidad, con qué valor, defendiendo el deporte, defendiendo el derecho y defendiendo algo que hay que defender, que es la bandera de la patria (…). Por eso es tan justificada la satisfacción, tan legítimo el orgullo de nuestro pueblo, tan justo el recibimiento tributado a los atletas, tan merecido el calificativo de delegación heroica y de victoria histórica, la victoria de nuestra delegación(…)”.

En la actualidad ese nombre, Cerro Pelado, honra a un centro deportivo fundamental, la Escuela Superior de Formación de Atletas de Alto Rendimiento, que, a su vez, lo honra con su bregar cotidiano al esculpir figuras del mayor nivel sin limitarse a los músculos: vitamina sus almas para elevarlos no solo en lo competitivo, también en lo cultural y lo ciudadano.

Los triunfos, la gloria, serán aún mayores si el espíritu de aquellos muchachos y muchachas que batallaron en San Juan 1966 se mantiene, adaptado a las nuevas circunstancias, en el movimiento deportivo de la Isla, el más puro del mundo aunque perfectible y en transformación, con los pies sobre la tierra para sostener la ética en la cima.

X  Juegos Centroamericanos y del Caribe, San Juan, 1966

El primer lugar lo obtuvo México, con 38 de oro, 23 de plata y 22 de bronce (83). Le siguió Cuba: 35-19 y 24(78), que ganó en polo acuático, boxeo, pelota, esgrima, atletismo, lucha libre y en ambas ramas del voleibol.

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