Violencia en la pareja y depresión

La violencia de género también
afecta a los niños como resultado
de las disputas entre las parejas.
(Foto: pequelia.es)
Autor: Dr. Alberto Quirantes Hernández

La violencia en el hogar se considera como un tipo de abuso. Puede existir maltrato físico, verbal o de otra índole. Habitualmente sucede en una pareja aunque puede comprender a otros familiares como los padres, hermanos o los hijos.

Sobre todo los adultos jóvenes y los adolescentes complicados en la violencia de pareja son más susceptibles de sufrir de depresión. 

VÍCTIMAS Y VICTIMARIOS

De la misma manera en que los hombres como las mujeres víctimas de la violencia de pareja sufrían de manifestaciones de depresión, quienes la cometían también padecían iguales manifestaciones.

Por lo tanto, este tipo de violencia tiene un efecto pernicioso sobre los ejecutores de estos censurables actos.

FUE DEMOSTRADO

Fue publicada en la revista Journal of Health and Social Behavior un estudio, realizado en la Universidad Estatal de Bowling Green, una investigación donde se analizaron los datos de personas jóvenes entrevistadas periódicamente, mientras que en el último encuentro los participantes tenían entre 17 y 24 años de edad.

En los resultados se encontró como el daño mental producido por la violencia de pareja puede menoscabar la autoestima y la autoconfianza en los jóvenes, víctimas o victimarios, entorpeciendo en ellos una transición normal hacia la adultez.

AMBAS PARTES

Son claras las razones por las que se daña la salud mental de las víctimas de la violencia de pareja.
Pero en este estudio se demostró su efecto nocivo también sobre quienes perpetraban la violencia. Se deprimen porque ellos saben cómo son evaluados de forma negativa.

Este impacto puede ser a largo plazo y entorpecer asuntos importantes en sus vidas como son la educación, encontrar un buen trabajo o comenzar a gestionar una familia estable.

Por lo tanto, con el fin de preservar la paz hogareña y para la propia preservación personal, ambas partes deben aprender a controlar sus impulsos y airadas reacciones a fin de evitar la violencia en la pareja.

En ellos, tanto las víctimas como los victimarios sufrirán las desagradables consecuencias de sus actos violentos.

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