Ejercicios realistas

Foto: Perlavisión


Autor: M.Sc. Dr. Alberto Quirantes Hernández

Las personas mayores, habitualmente sedentarias, pueden mejorar su salud tan solo  pasando menos tiempo sentados y moviéndose más. No existen razones para obsesionarse con cumplir con las recomendaciones de salud pública sobre el ejercicio. Solo se deben concentrar en realizar pequeños aumentos en su nivel diario de actividad física.
Objetivos recomendados
En la actualidad, oficialmente  se recomiendan 150 minutos de ejercicios a la semana o media hora diaria, por lo menos cinco días semanales.  Es el mínimo suficiente para disminuir el riesgo de padecimientos crónicos como la diabetes, las enfermedades del corazón o algunos tipos de cáncer. Pero a aquellos totalmente inactivos, con problemas crónicos en su salud, estas metas posiblemente le resulten inalcanzables.
Aunque no hay ninguna razón para negar estos estándares, no deben ser considerados como obligatorios para las personas totalmente inactivas. Cuando se trata tan solo de comenzar a mejorar el bienestar y la salud, cualquier actividad, por reducida que sea, es mejor que nada.
Un buen comienzo
Para quienes consideran quimérico alcanzar desde los primeros momentos unas metas ideales de ejercicio, significa no hacer nada por estimarlas imposibles de cumplir. Se desaniman y no intentan practicar tan solo unos minutos de actividad física cada día. Se crean una mentalidad de “todo o nada”.
Sin embargo, se pueden alcanzar beneficios para la salud comenzando con menos ejercicios en relación a los oficialmente recomendados.
Para empezar
Para las personas totalmente inactivas y sedentarias, la actividad física debe contemplarse como algo ligero, continuo y de progresivo incremento.
Se ha demostrado que entre no hacer nada o caminar entre uno y 74 minutos a la semana, puede disminuir el riesgo de desenlaces fatales por todas las causas en un 19 por ciento.
Por supuesto, mientras más actividad física se hace la respuesta será mejor.
Algo de ejercicio es mejor que nada, pero más es aún mejor.
Para continuar
Un modesto comienzo en la actividad física, progresivamente conduce a ejercicios de mayor duración e intensidad.
Una vez se haya establecido una rutina, una costumbre y una mentalidad, añadir más actividad física resultará mucho más fácil.
Los inicios
Deben estar constituidos por objetivos sencillos de cumplir. En los primeros momentos aquellos totalmente sedentarios se deben poner de pie y dar un pequeño paseo de por lo menos dos o tres minutos por cada hora que permanezca sentado.
La actividad ligera también puede consistir en caminar mientras se habla por teléfono, ponerse de pie y deambular durante los intervalos entre programa y programa de la televisión o hacer varios cortos y apacibles paseos durante el día según el gusto de cada cual.
Los resultados
La clave para un buen comienzo es convertir las iniciales actividades físicas en una experiencia positiva y entretenida.
Un comienzo en la actividad física es una garantía de sentirse mejor. Es un buen estímulo para embullarse y aumentar poco a poco el movimiento hasta llegar a alcanzar las metas ideales. O tal vez… un poco más.

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