Quisicuaba: una obra de amor que acoge y transforma

Foto: Proyecto Sociocultural Cabildo Quisicuaba/Facebook 


Por: María Karla Fernández Mustelier

En el corazón de la comunidad centro habanera late un proyecto que es ejemplo vivo de la vocación humanista y solidaria. La institución Quisicuaba, faro de amor y compromiso con los más necesitados, recibió una visita que llenó de emoción y confirmación su incansable labor.

El Presbítero Padre Diego Alberto Silva y las Hermanas Franciscanas Misioneras de María Auxiliadora, Hermana Rosa Elena Jaimes y Hermana Victoria Guarnizo, llegaron desde las Comunidades Parroquiales de la Purísima Concepción en Bolondrón y de Santa Catalina Mártir en Pedro Betancourt, Matanzas. Su propósito: conocer de primera mano la extraordinaria obra que, día a día, se despliega en función de las cubanas y los cubanos.

Quedaron profundamente impresionados, conmovidos ante la dimensión y el amor que distinguen los 34 Programas Sociales que Quisicuaba desarrolla con énfasis en la reinserción social y la atención a las más diversas vulnerabilidades. Cada iniciativa es un hilo en el tejido social que protege, incluye y levanta.

El encuentro fue más que una presentación; fue un diálogo fraterno y profundo sobre los valores que nos definen como nación: el amor al prójimo, la paz, la solidaridad y la importancia capital de permanecer unidos. Fue un intercambio de experiencias basado en el respeto mutuo y la admiración por una causa común: el bienestar de nuestro pueblo.

Tal acercamiento entre instituciones de tanto prestigio y raigambre en la comunidad evidencia la unidad que caracteriza a nuestra sociedad. Muestra cómo, desde diferentes espacios de fe y acción social, se converge en el mismo objetivo: trabajar por Cuba y por nuestra gente, fortaleciendo los lazos que nos hacen fuertes e invencibles.

Quisicuaba, con el reconocimiento y la admiración de quienes también dedican su vida al servicio, se erige una vez más como un símbolo del amor que Cuba profesa a sus hijos e hijas. Su trabajo, ahora también atestiguado con emoción por estas dignas representantes de la fe, continúa siendo un pilar fundamental para cimentar la armonía social y la justicia, principios irrenunciables del proyecto.

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