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| Foto: La Demajagua |
Por: María Karla Fernández Mustelier
En la Empresa Eléctrica de La Habana, cada jornada laboral representa un desafío marcado por la responsabilidad y el riesgo. Los trabajadores del sector eléctrico enfrentan condiciones peligrosas donde un error, o el incumplimiento de cualquier norma, puede resultar fatal. Sin embargo, la disciplina, la capacitación y el compromiso colectivo se erigen como pilares para garantizar la vida y la continuidad del servicio.
El ingeniero Alexander Pantoja Quiala, jefe del grupo de Seguridad Social y Salud de la entidad, subraya que el cumplimiento estricto de las normas de protección es vital: “Parte importante de estas medidas se aprenden durante la capacitación, donde los trabajadores adquieren las herramientas necesarias para enfrentar con seguridad las exigencias de su labor”.
En este empeño, la Licenciada Tamara Font Iglesia, directora de la Escuela de Capacitación Juan Ronda Lazcano, destaca el papel de la formación sistemática: “Nuestra misión es preparar al personal que sostienen el sistema eléctrico nacional, dotándolos de conocimientos técnicos y de una conciencia clara sobre la importancia de la prevención”.
La práctica diaria también ocupa un lugar esencial. Julio de Jesús Sierra Núñez, instructor de linieros, explica que el entrenamiento en campo permite a los trabajadores aplicar lo aprendido en la teoría: “Cada ejercicio es una oportunidad para reforzar la disciplina, la precisión y el respeto por las normas que salvan vidas”.
Así, la Empresa Eléctrica de La Habana reafirma su compromiso con la seguridad y la preparación constante de sus trabajadores. En medio de condiciones complejas, la capacitación y el cumplimiento de las normas se convierten en garantía de continuidad del servicio y en ejemplo de responsabilidad social.
