 |
| Emilio Segura es atleta y Presidente de la Federación Cubana de Damas. Foto: Radio COCO/Facebook |
Por: Tony Díaz
La actuación de los cubanos Emilio Segura y Carlos Rivero fue uno de los puntos más destacados del Open de Surinam de Dama Internacional, donde se enfrentaron sesenta y ocho jugadores de siete países, según declaró a Radio COCO Idalberto Capó, vicepresidente de la Federación Cubana de ese deporte.
El ruso Alexander Sibbernath (19 puntos) dominó invicto el torneo clásico, imponiéndose en sus nueve partidas y dejando sin opciones a sus rivales. En segundo y tercer lugar se ubicaron los anfitriones Nilaz Safarbek (18) y Edison Amoekoe (17), quienes defendieron con éxito el prestigio del país sede.
Los cubanos lograron resultados que confirman su valía en escenarios de alto nivel. El certamen contó, además, con quince maestros de la Federación y un Gran Maestro Internacional.
El matancero Carlos Rivero alcanzó la décima plaza con tres victorias, cinco tablas y un revés, para once puntos. Emilio Segura, capitalino y presidente de la Federación, sumó también once unidades y se clasificó séptimo segundo con cuatro victorias, tres tablas y dos derrotas.
Ambos atletas, pese a su escaso fogueo internacional, demostraron que pueden competir con dignidad en certámenes de gran exigencia. Su desempeño fue considerado meritorio por especialistas y seguidores de la disciplina.
Como cierre, en el bleed, juego rápido similar al ajedrez, de cinco minutos, participaron cincuenta y un jugadores de seis países.
Emilio Segura brilló con cinco victorias, dos tablas y dos reveses, para doce puntos y un sexto lugar, mientras Rivero quedó vigésimo cuarto; nuevamente, el ruso Alexander Schwarzmann ganó sus nueve partidas, ratificando su condición de número uno mundial.
Capó precisó que la dama internacional, también conocida como dama de cien casillas, diez por diez o polonesa —aunque este último término está en desuso—, corresponde a una misma modalidad. Se juega en las cincuenta casillas oscuras del tablero, con veinte peones blancos y veinte negros, y destaca por su alto nivel técnico y complejidad estratégica.
Una de sus particularidades es que la captura, o “comer”, puede hacerse tanto hacia adelante como hacia atrás, lo que amplía las posibilidades tácticas. En contraste, la dama española se disputa en un tablero de sesenta y cuatro casillas, con doce peones por bando, y la captura solo se realiza hacia adelante, lo que limita su dinámica de juego.