Combatir las arbovirosis: un esfuerzo común

 

Foto: Prensa Latina 

Por: Liliam López Cruz 

Las arbovirosis —como el dengue, el oropouche y el chikungunya— representan un desafío constante para la salud pública en Cuba. Transmitidas por vectores, estas enfermedades se propagan en condiciones climatológicas de humedad, calor y acumulación de criaderos. Por eso, su prevención no depende solo del sistema sanitario en los territorios, es una responsabilidad compartida.

Cada ciudadano puede contribuir activamente desde su hogar, su centro de trabajo o su comunidad. El control de estos vectores como el Aedes aegypti, transmisor del dengue, exige acciones cotidianas como eliminar depósitos de agua, tapar tanques, mantener la limpieza de patios y azoteas, y colaborar con las campañas de fumigación y vigilancia epidemiológica.

La participación comunitaria, el compromiso institucional y la comunicación efectiva son pilares fundamentales. Informar, educar y movilizar son tareas que deben integrarse en todos los espacios, desde los medios de comunicación hasta las escuelas y organizaciones de masas.

Combatir las arbovirosis no es solo una cuestión médica: es una expresión de responsabilidad social. Porque proteger la salud colectiva empieza por la acción individual. ¡Hagamos de esta tarea un esfuerzo común!

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